Armenia al límite
Desde que el gobierno levantó la cuarentena obligatoria, aumentan los contagios de coronavirus de manera exponencial. Ya hay más de once mil casos y 252 muertos.
Si los 697 nuevos contagiados de coronavirus de ayer impactaron con fuerza en las autoridades armenias y en los trabajadores de la salud, los 596 casos confirmados de hoy no hicieron más que mantener la preocupación y las alarmas definitivamente encendidas a partir de esta semana.
A la fecha, la pequeña Armenia, que no llega a los tres millones de habitantes, ya tiene 11.817 casos de coronavirus, de los cuales sólo se recuperaron 3.513 y están en tratamiento efectivo otras 8.052 personas. Los muertos directos por el Covid-19 son 183, mientras otros 69 infectados murieron por otras enfermedades preexistentes. A pesar de esta diferenciación que se hace, es justo señalar que los fallecidos con coronavirus son 252 personas.
Si en un primer momento parecía que Armenia había logrado controlar el contagio del coronavirus, las distintas etapas de levantamiento de las restricciones impuestas se convirtieron en puntos de partida del aumento exponencial de los contagios.
Así, de “convivir” con setenta u ochenta casos diarios se pasó, a partir del 4 de mayo, a los 120 o 140 casos, con sus más y sus menos. A partir del 18 de mayo, cuando se derogaron gran parte de los impedimentos que regían para la libre circulación de las personas y para el funcionamiento de locales comerciales, lugares de esparcimiento, oficinas privadas y fábricas e industrias, se saltó a los 300 contagiados por día. En este período también volvió el transporte público (autobuses, subte y trenes de corta y media distancia), se reiniciaron las prácticas deportivas (comenzó a disputarse el campeonato de fútbol local) y abrieron sus puertas las guarderías y jardines de infantes.
Es cierto que el gobierno elaboró estrictos protocolos de seguridad para cada una de las actividades y que desde el 25 de mayo es obligatorio el uso de tapabocas en las calles y lugares públicos (abiertos o cerrados), pero una parte importante de los ciudadanos parece no tomar conciencia de la situación existente y hace caso omiso a los permanentes llamados de atención de los funcionarios.
Unos días después de la segunda apertura del 18 de mayo, y ante las cifras que empezaban a preocupar, el primer ministro Pashinian advertía que “es probable que cientos de personas mueran y significará que el gobierno tendrá que restablecer las restricciones más estrictas. Sin embargo, podemos evitar ésto, depende de la responsabilidad personal que cada ciudadano demuestre hoy, cumpliendo con los protocolos establecidos”.
Pero la curva de contagios seguía creciendo y Pashinian eligió hablarle a quienes debían controlar el cumplimiento de las medidas de seguridad: "Por el bien de la salud de todos, sean más duros con aquellos que descuidan las reglas de seguridad prescritas", mientras los casos diarios ya no eran algo más o menos de los 300, sino que ya superaban los 400 y alcanzaban los 500.
El 29 de mayo se informó públicamente que “Armenia superó a Irán y Francia en el número de casos de coronavirus por cada millón de habitantes” y el Primer Ministro declaró tratando de despabilar a la sociedad: “Ahora las estadísticas de Armenia son cercanas a las Rusia, pero si se mantiene este ritmo alcanzaremos los números de Italia”.
Y así se llegó a junio, cuando en un par de días se superó la barrera de los diez mil, once mil y ya está ahí de los doce mil casos. Y no sólo eso, sino que se anunciaba que el primer ministro Nikol Pashinian, su esposa Anna y sus hijos habían sido infectados y tenían coronavirus, por lo que debían cumplir con el aislamiento. Hasta hoy, toda la familia es portadora asintomática y no está recibiendo ningún tratamiento médico, sólo son controlados a diario.
Esta nueva realidad puso al límite al sistema de salud, que hasta el momento respondió bien, pero de seguir creciendo de manera exponencial los infectados y los que pasan a fase de cuidado intensivo, la situación puede tornarse incontrolable. "Cuando hay 100 pacientes y 25 necesitan atención médica, podemos hacerle frente. Pero cuando hay 10.000 pacientes, el sistema de salud lucha para hacerle frente a las necesidades de 2.500 pacientes", enfatizó Pashinian el 4 de junio.
Por su parte, y en la misma dirección, el ministro de Salud Armén Torosian anunció ayer casi desconsolado que “hay 418 ciudadanos en estado grave y 81 muy graves, de ellos 16 con respiración mecánica”. Así, trató de despertar el alerta en aquellos sectores de la población que aún actúan minimizando la pandemia.
Ayer y hoy fueron días de reuniones y consultas entre las autoridades y los responsables de las distintas áreas en la que se dividió el país en el actual estado de emergencia.
Muchos se sorprendieron y otros tantos no, cuando Pashinian informaba hoy que “la oficina del comandante (a cargo del país en estado de emergencia) discute distintos escenarios y medidas para resolver la situación resultante del coronavirus, comenzando con la opción de entrar en la fase de restricciones totales, declarar un toque de queda y prohibir la mayoría de los tipos de actividad económica”.
El Primer Ministro señaló que personalmente “no está de acuerdo con ninguna de las posibilidades” y que antes de tomar cualquier decisión “debemos estar seguros de que resolverán nuestros problemas”. Dijo que lamentablemente “no se puede tener precisión de nada, ya que la epidemia de coronavirus continúa a diferentes velocidades y ritmos en todo el mundo, por lo que hay muchas incertidumbres al respecto”. Para Pashinian, uno de los factores fundamentales es cambiar el comportamiento individual. “Supongamos, milagrosamente, que luego de aplicarse todas las medidas y de cumplir lo planificado el indicador de coronavirus en país llegó a cero. Pero igual, va a seguir existiendo en el mundo, y si no logramos cambiar la cultura del comportamiento individual y la higiene, haciendo cumplir las normas antiepidémicas, al final, en el momento en que nos abrimos al mundo, la gente potenciamente infectada de otros países vendrá a Armenia y comenzaremos todo de nuevo”, reflexionó el premier armenio.
También brindó su opinión la doctora Lilit Museyan, jefa del departamento Clínico del Hospital de Artashat. "Debido a la situación con el coronavirus, dejé mi trabajo y mi familia en Ereván y me mudé a Artashat. Hoy, el coronavirus está extendido por todo el mundo, y este problema nos afecta a todos", dijo.
La médica explicó que la situación por la que atraviesa Armenia se debe a la "negligencia y rebeldía". "Por eso, los insto a cumplir las reglas, que no son imposiciones del comandante, sino son reglas de vida. Nosotros decidimos si somos portadores y transmisores, si queremos infectarnos o no, si queremos contagiar a nuestros familiares o no. Nosotros, los trabajadores de la salud, estamos luchando también por vos, te estamos devolviendo a tus familiares y amigos. Luchá con nosotros. Mi máscara te salva, tu máscara me salva”, enfatizó Museyan.
Por su parte, el Viceprimer Ministro de la República de Armenia, Comandante (de la situación de emergencia declarada en el país) Tigrán Avinian, y el Ministro de Salud Arsén Torosian, visitaron el Hospital de Enfermedades Infecciosas de Nork y el Centro Médico San Gregorio el Iluminador, que son los establecimientos de salud centrales en cuanto al tratamiento de las personas infectadas con coronavirus.
Acompañados por los responsables de las instituciones médicas, Avinian y Torosian se familiarizaron con las condiciones de los mismos, con el proceso de tratamiento de los pacientes, con los problemas que deben afrontar a diario, e incluso dialogaron con los internados. El Viceprimer Ministro prestó especial atención al equipo médico en la unidad de cuidados intensivos, a sus condiciones de trabajo y sus necesidades.
La situación en Armenia también comienza a preocupar fuera de los límites del país. Por ejemplo, en la vecina y limítrofe República de Georgia, que con 3.718.000 habitantes (casi un millón más que Armenia), tiene 850 casos de coronavirus, con 650 recuperados y 13 muertos. Hoy, el Canciller georgiano David Zalkaliani, conversó telefónicamente con su par armenio Zohrab Mnatsakanian y le manifestó “la disposición de su gobierno de brindar asistencia a Armenia en la lucha contra el coronavirus”.
El presidente Armén Sarkisian se reunió hoy con el Ministro de Salud Arsén Torosian y le expresó su preocupación por la situación generada a raíz de la propagación del coronavirus. El responsable de la cartera de salud armenia le proporcionó al mandatario información sobre la estrategia pensada para superar la epidemia y sobre los pasos que se están tomando para enfrentar los problemas que van surgiendo. También lo actualizó sobre la situación general existente, sobre el proceso de tratamiento y rehabilitación de pacientes, así como de las necesidades prioritarias del sistema.
El presidente Sarkisian agradeció al ministro Torosian y se comprometió a utilizar sus contactos personales -que no son pocos a nivel internacional- para desarrollar aún más la cooperación con varios países e instituciones, para superar la difícil situación por la que atraviesa el país.
A la distancia, no podemos menos que preocuparnos por la situación desatada en Armenia. Y si bien hoy las autoridades parecen haber tomado conciencia de la gravedad, no lo fue así hace algunas semanas atrás, cuando decidieron levantar una tras otra las medidas tomadas tras el establecimiento del estado de emergencia y que habían logrado mantener índices positivos en cuanto a los infectados diarios, los recuperados y los fallecidos. Veremos qué pasa este fin de semana y qué medidas decidirá el gobierno para revertir este peligroso aumento exponencial de los contagios.
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