Armenia: preocupa la deserción escolar y la falta de interés de los jóvenes en la formación profesional

A partir de la desintegración de la URSS y de la restauración capitalista en el país, la educación pasó a formar parte de los nuevos negocios y cientos de miles de niños y jóvenes crecieron y crecen alejados de los establecimientos educacionales.

Redacción NOR SEVAN

Si durante los años de la Armenia Soviética los logros en educación y formación de las nuevas generaciones eran motivo de celebraciones a nivel estatal y popular, hoy, la destrucción de la poderosa infraestructura escolar, educativa y formativa heredada de la URSS llevó a la República a que a lo largo de las últimas tres décadas se cerraran cientos y miles de jardines de infantes, escuelas, casas de cultura, bibliotecas, palacios de pioneros y otros establecimientos para niños y jóvenes.

Así, un país que poseía analfabetismo y deserción escolar cero y un porcentaje muy alto de sus jóvenes estudiando en universidades e institutos terciarios, pasó a tener poblados y aldeas rurales sin escuelas, establecimientos privados inaccesibles para amplios sectores de la sociedad, universidades pagas con cientos de alumnos y alumnos que no terminan sus carreras, y decenas de miles de niños en todo el país que no pueden acudir a la guardería, jardín de infantes o escuela primaria, porque no los hay allí donde viven y porque sus padres no pueden pagar los costos de la matrícula anual y los viáticos, o comprar lo necesario para que los niños acudan a clase.

Como consecuencia, aquella Armenia que enorgullecía a propios y extraños con cientos de miles de niños, niñas y jóvenes llenando las aulas de los distintos niveles educativos y se transformaban luego en ingenieros, médicos, docentes, especialistas en distintas profesiones que trascendían los extensos límites de la Unión Soviética, aquella Armenia no es más que un hermoso recuerdo que muchos añoran frente a la trágica realidad que les toca vivir a diario.

Según informó la ministra de Educación, Ciencia, Cultura y Deportes de Armenia, Zhanna Andreasian, el 20,6% de los jóvenes de entre 15 y 19 años no estudian. La situación es más preocupante para los jóvenes de entre 20 y 24 años. “Sumando ambos grupos, la proporción de jóvenes que no estudian asciende al 68,8%”, afirmó la ministra Andreasian.

A estos datos habría que agregarle que fuera de la capital Ereván, los índices de deserción escolar en los niveles preescolar y primario es grande, y que existen serios problemas edilicios en muchas escuelas del país, producto de décadas de desinversión y desinterés estatal por la educación.