Las prioridades industriales de Armenia Soviética
Lo que fue, lo que pudo ser y lo que no dejaron que sea la República Socialista Soviética de Armenia (RSSA).
Por Alejandro Budano Serverian y Adrián Lomlomdjian
Aunque algunos aún se sorprendan -influenciados por la poderosa maquinaria del antisovietismo- la República Socialista Soviética de Armenia (RSSA) figuró entre los países del mundo industrialmente desarrollados. Se trata, claro está, no por haber logrado simplemente importantes cifras generales al respecto -aunque estas fueron verdaderamente impresionantes-, sino, en primer lugar, porque el crecimiento económico se logró, principalmente, en base al desarrollo de lo que se conoce como industrias de punta.
En los últimos años de la década del 50 en la RSSA -que se estaba poniendo de pie junto a sus otros pueblos hermanos de la URSS luego del triunfo sobre la Alemania nazi- comenzó a desarrollarse una nueva rama de la industria de la maquinaria: la radioelectrónica. Se pusieron en marcha grandes y modernas empresas productoras, por ejemplo, de computadoras y aparatos radioelectrónicos. Al mismo tiempo, se montaron empresas de ramas que antes no existían, como ser la microbiológica y la médica.
Durante todo este período las empresas de Armenia Soviética producen y lanzan al mundo la afamada computadora "Nairi", distintas maquinas-herramientas de alta precisión y otros artículos, que para esa época, sin duda alguna, eran de avanzada. Cada año que pasaba se producían cientos de nuevas mercancías, que cumplían con los niveles más altos de lo producido a escala mundial.
Gracias a la alta calidad de lo producido, la RSSA siempre participó activamente en las distintas exportaciones realizadas por la URSS hacia los cinco continentes. Junto a los artículos tradicionales, desde Armenia se exportaban a diferentes países, entre ellos a muchos de los considerados "capitalistas altamente desarrollados", potentes transformadores, tecnología de medición y para la informática, computadoras, aparatos radio-electrónicos y muchos otros productos industriales, sin olvidarnos de los calzados "Masis".
Para tener una noción de lo que fue la fábrica de calzados "Masis", creada en 1962, basta con señalar que el año de su creación llegó a producir 5 millones 200 mil pares de zapatos para hombres, mujeres y niños. Ya en 1972 la producción anual había aumentado a 10 millones 500 mil pares y para los años anteriores a la desintegración de la URSS, "Masis", que tenía más de seis mil trabajadores, produjo 17 millones de pares de distintos modelos de calzados, que mayoritariamente eran exportados a las otras repúblicas soviéticas, a Vietnam, Checoslovaquia, Polonia, Italia y países de Europa Occidental. A mediados de los ochenta, "Masis" se había convertido en una de las tantas empresas mixtas soviéticas, en este caso, armenio-italiana. Claro está que "Masis" fue otra de las víctimas de la restauración capitalista en Armenia y cerró sus puertas.
A mediados de los años ochenta del siglo veinte, eran más de un centenar los países a donde Armenia exportaba su producción. La mitad de las exportaciones de la Armenia Soviética era lo producida por la industria de fabricación de máquinas.
Durante el 28° Congreso del Partido Comunista de Armenia, que presidido por Karén Demirchian comenzó a sesionar el 24 de enero de 1986 en las instalaciones del Complejo Cultural y Deportivo "Hamalir", se anunció el cumplimiento de lo proyectado a nivel nacional para el período anterior, poniéndose el énfasis en la discusión de los caminos que conduzcan a una aceleración del desarrollo socioeconómico de la república.
Luego se determinó el ritmo, las proporciones y la estructura de la producción social de la república para el periodo 1986-1990, teniendo en cuenta los distintos factores que podrían limitar el crecimiento económico: la tierra, el agua y las materias primas.
Fue así como la paulatina escasez de recursos energéticos naturales determinó el desarrollo moderado de las industrias química y metalúrgica, ya que requieren de un gran consumo de eenergía. Al mismo tiempo, debido a los cambios demográficos experimentados, en Armenia Soviética comenzó a abundar la mano de obra, lo cual trajo aparejado el problema de la ocupación, iniciándose así cambios importantes en la configuración y distribución de las empresas industriales.
Durante este período las prioridades fueron el desarrollo de la electrotécnica, la construcción de maquinarias, la electrónica y la técnica de computación. El programa aprobado, que se venia aplicando y cumpliendo de manera amplia e integral en cuanto al desarrollo científico-técnico, estaba planificado y delineado hasta el año 2005, pero como nuestros lectores imaginarán, los acontecimientos sucedidos a partir del 21 de septiembre de 1991 impidieron su continuidad.
La renta nacional de la RSSA aumentó desde 1980 a 1986 un 31,3% y para el XII° Quinquenio (1986-1990) se proyecto un crecimiento de la renta nacional de entre el 24 y 25%.
Para el año 2000, Armenia Soviética tenía previsto duplicar el volumen de su producción industrial.
El período del XI° Quinquenio gozó de abundancia energética. Durante el año 1985 se produjeron 14,9 mil millones de kilovatios/hora de energía eléctrica, de los cuales 5 mil millones le correspondieron a la Central Atómica de Medzamor. A ello hay que agregarle los más de 8 mil millones que se obtuvieron de las centrales térmicas y los restantes mil 600 millones de las centrales hidroeléctricas.
Desde el establecimiento del poder soviético en el país y la planificación del desarrollo nacional, la cuestión de la energía eléctrica fue prioritaria. Inmediatamente después del 29 de Noviembre de 1920 se comenzó con la elaboración de un programa de desarrollo energético a largo plazo.
En 1926 ya se le había dado fluido a la primera turbina de la planta eléctrica de Ereván, que a los dos años superaba en potencia a todas las otras centrales existentes.
Cabe destacar que el desarrollo y crecimiento del potencial energético siempre fue acompañado por la aparición en el mapa de la RSSA de nuevas ciudades y nuevas empresas industriales.
Armenia fue la primera república de la URSS totalmente electrificada. En niveles de potencia de sus recursos hidro-energéticos alcanzó los de paises como Austria, Suiza, Suecia y Noruega.
El desarrollo técnico y cultural logrado gracias a la avanzada construcción de complejos energéticos, tuvo su pico más alto en la década del 50, debido a que por entonces, las centrales hidroeléctricas no llegaban a abastecer plenamente a la industria -para ese entonces, ya bastante desarrollada-, ni a la agricultura. Esta escasez, la de los recursos hídricos, se convirtió en un obstáculo, ya que según los expertos, quienes partían desde consideraciones ecológicas, no se podía usar todo el agua para los embalses. A pesar de ello, todos estos problemas no impidieron el desarrollo sucesivo de la energética.
En 1960, en Ereván, Hrasdán, Kirovakán y otras ciudades de Armenia, comenzaron las construcciones de nuevas centrales térmicas, lo que significó un viraje cualitativo para la economía y el desarrollo social del país.
La red de gasoductos, la importación de petróleo y otros recursos, permitieron utilizar por largas décadas las centrales térmicas. Como ejemplo sirve mencionar que una ama de casa armenia de la época soviética jamás pensó en que la calefacción o la luz de su hogar se debían a los suministros de petróleo y gas provenientes de otras repúblicas federadas de la URSS, como la Rusia Soviética y el Azerbaiyán Soviético.
Era lógico que en Armenia -al igual que en toda la URSS- siempre se procurara ahorrar energía y combustible, ya que eran costosas su extracción y transporte. Además, Armenia no es un país petrolero y debía estar todo planificado -como era en la época soviética- para que no sufriera ningún tipo de crisis energética, tan común hoy día en todo el mundo.
Las centrales térmicas producían al año la mayor parte de la energía eléctrica de la RSSA. Sin embargo, nunca estuvo previsto construir más plantas de ese tipo debido a que el número que ya había alcanzado la Armenia Soviética marcaba el tope de las normas ecológicas recomendadas. Por otra parte, y partiendo de las consideraciones establecidas para la protección del medio ambiente, a principios de los años 70 ya se había comenzado a estudiar el aprovechamiento de nuevas y más eficientes fuentes energéticas.
Durante el período soviético, la puesta en funcionamiento -el 22 de diciembre de 1976- de la Central Atómica de Medzamor, en Armenia, resolvió la mayor parte de los problemas energéticos no sólo de Armenia, sino también de las vecinas repúblicas de Georgia y Azerbaiyán.
Para finalizar, agregamos que también en la RSSA se estudió la posibilidad de utilizar en la economía ciertas energías no tradicionales, como ser las aguas geotermales y el vapor natural. Respecto a este último, sabemos que en Armenia estas fuentes se encuentran literalmente bajo los pies de los transeúntes, ya que nuestra Madre Patria se encuentra en una meseta volcánica y el magma está, en algunos sitios, a tres o cuatro mil metros de la superficie. Los especialistas siempre afirmaron que la energía de las entrañas montañosas y volcánicas, permitiría asegurar el abastecimiento de energético de muchas regiones armenias.
Claro que gran parte de lo investigado, lo creado y planificado en aquellos años -por no decir, todo- fue dejado a un lado, menospreciado y vituperado por la mayoría de las autoridades, dirigentes políticos e "intelectuales" de la Tercera República de Armenia. Y nada pudo ser transformado en realidad, más allá de que fuera beneficioso para el pueblo y el país.
