¿Qué sucede en Armenia?
El pasado 12 de julio Azerbaiyán atacó militarmente a Armenia. La situación en la región continúa tensa.
Por Eugenia Akopian
Desde el 12 de julio, Azerbaiyán ha violado el cese de fuego que había entre ambas fronteras, en el territorio de la provincia armenia de Tavush. Su blanco es la población civil. Azerbaiyán cuenta con el apoyo público del gobierno fascista de Turquía, que públicamente ha respaldado las violaciones e intrusiones en territorio armenio. Incluso, han enviado drones para espiar las fronteras.
El ejército azerí ha enviado drones y han apuntado contra varios pueblos de la zona como Aygepar o Movses. Bombardearon una fábrica que confecciona máscaras destinadas a la lucha contra el COVID-19.
Un jardín de infantes fue alcanzado por los bombardeos, así como también varias casas y comercios de poblaciones civiles, dejando graves daños. Afortunadamente, no se reportaron víctimas. Lamentablemente, hay un largo historial por parte Azerbaiyán apuntando a poblaciones civiles y destruyendo escuelas, jardines de infantes, etc.
Las fuerzas armenias han repelido los ataques y mantenido sus posiciones. Entre las grandes pérdidas armamentísticas de Azerbaiyán se encuentra el tristemente célebre dron de producción israelí, Hermes 900, que tiene un costo de 30 millones USD. Tras los ataques, más de 30 mil personas salieron a las calles de Bakú, capital de Azerbaiyán, a pedir que se inicie una guerra con Armenia, acompañado con cánticos pidiendo “muerte a los armenios”.
Un vocero del Ministerio de Defensa de Azerbaiyán amenazó con bombardear la planta nuclear de Metsamor de Armenia, que “significaría un desastre para Armenia”. Les informo que esto significaría cometer un crimen contra la humanidad y “significaría un desastre” para toda la región.
En la noche del 17 de julio, continuaron las violaciones del cese de fuego, no solamente en la frontera de Tavush como hasta ahora, sino que los ataques llegaron a la ciudad de Noyemberyan. También se registraron ataques en la provincia de Gegharkunik, en la frontera de Nakhichevan (que son tierras ancestrales armenias, usurpadas por Azerbaiyán).
Una muestra más del odio que maneja Azerbaiyán es que durante estos días, grupos de azeríes compró cajones de damascos en Moscú y comenzó a pisotearlos para demostrar, entre otras cosas, su “sentimiento” anti-armenio. Saquen sus propias conclusiones.
Con sus ataques, Azerbaiyán hace caso omiso a la resolución 2532 del Consejo de Seguridad de la ONU de un “cese de fuego internacional” en tiempos de COVID-19. Es importante señalar que este fue el único Estado que se negó a adherir a la resolución.
¡Cuidado! En este momento, muchas cuentas de redes sociales armenias, tanto gubernamentales como de particulares, son objeto de hackeo por parte de Azerbaiyán.
¡Atención! Hay mucha información falsa en internet. Por favor, antes de compartir verifiquen y cerciórese de las fuentes. Incluso, hay medios “reconocidos” (o con numerosos seguidores en las redes), que se autoproclaman “independientes”, pero aprovechan la situación para bajar línea.
¿Qué hacer? ¡Compartir! Divulgar e informar sobre lo que sucede hoy mismo en la frontera de Armenia y Azerbaiyán, siempre verificando las fuentes. (Por ejemplo, los comunicados oficiales de la Cancillería armenia).
Teniendo en cuenta los hechos actuales, es importante destacar que actualmente, Azerbaiyán, sumido en una dictadura desde hace varias décadas, vive una tensa realidad socioeconómica, el precio del petróleo ha bajado de manera considerable y han emergido muchísimos problemas internos. El odio, el chauvinismo y el
nacionalismo han sido inyectados en el pueblo azerí desde hace tiempo. Cuando estos ingredientes se juntan, sólo es cuestión de tiempo que estallen este tipo de acciones.
Es FUNDAMENTAL hacer un repaso histórico para una mejor comprensión de este tema complejo y del por qué de estas constantes provocaciones azeríes. Para eso, comparto un artículo que explica un poco: https://bit.ly/2ZDy4rP
