El director de la CIA en Ereván: otro acto vergonzoso
Separar Armenia de Rusia y entregársela al fascismo turco. Estados Unidos y Europa intensifican sus acciones para repetir el panorama de principios del siglo veinte, estableciendo allí su control y el de sus aliados panturquistas y sionistas.
Por Adrián Lomlomdjian
Hoy, viernes 15 de julio, William Burns, director de la principal organización terrorista a escala internacional, la CIA (Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos), llegó a Armenia y fue recibido por las más altas autoridades del país, con quienes mantuvo encuentros privadas.
Burns, jefe de la Agencia norteamericana que organiza golpes de Estado y asesinatos de líderes de países que no aceptan someterse a los designios imperiales, se reunió con el primer ministro armenio Nikol Pashinian y con el Secretario del Consejo de Seguridad, Armén Grigorian.
La noticia sacudió el ambiente político armenio y regional, sembrando muchas dudas e intranquilizando a amplios sectores de la población del país, que han definido este paso del gobierno de Pashinian como una verdadera afrenta a sus únicos aliados: Rusia e Irán.
Las declaraciones oficiales de ambas reuniones dan cuenta que "las partes discutieron las posibilidades de un mayor desarrollo de las relaciones bilaterales entre Armenia y Estados Unidos".
El vocero de prensa del primer ministro informó que ambos funcionarios de Estado "abordaron temas relacionados con la seguridad internacional y regional, y la lucha contra el terrorismo. También se hizo referencia a los procesos que tienen lugar en la región del Cáucaso Sur".
Por su parte, desde el Consejo de Seguridad de Armenia se señaló que "el Secretario del Consejo presentó la situación actual. En particular, hablaron de seguridad regional. Se discutieron los desafíos existentes, así como el enfoque armenio hacia el establecimiento de la paz en la región. En este contexto, las partes discutieron los procesos de negociación entre Armenia y Azerbaiyán y entre Armenia y Turquía".
Esto sucedió un día después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de visita en Israel, presentara junto al primer ministro del Estado sionista, Yair Lapid, la Declaración de Jerusalén sobre la Asociación Estratégica entre Estados Unidos e Israel, en la que se afirma el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel y la prevención de la obtención de un arma nuclear por parte de Irán. Y se da también en el marco de las duras sanciones con las que Estados Unidos intenta golpear a Rusia -aliada estratégica de Armenia-, además del permanente abastecimiento de armas de todo tipo que EEUU y la Unión Europea le brindan al régimen nazi ucraniano.
No resulta ilógico ni fantasioso pensar que el capo-mafia de la CIA fue a Ereván para pedir libertad de acción para los cientos de agentes que cumplen misiones en la región y tienen su base en la sede diplomática yanqui construida en la capital armenia, conocida como el "Mini-Pentágono". No debemos olvidarnos que según las propias palabras de los funcionarios norteamericanos, sus principales enemigos son Rusia e Irán, el primero, ahí no más de Ereván, y el otro, país fronterizo con Armenia.
Mientras los gobernantes armenios reciben con sonrisas a quienes accionan a diario contra sus únicos aliados y siguen coqueteando con distintos países occidentales, el presidente azerbaiyano Aliyev anunció hoy que la próxima semana su país firmará un acuerdo estratégico con la Unión Europea. Para ello, el lunes 18 de julio arribará a Bakú la directora de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
"En medio de la continua militarización de los suministros energéticos por parte de Rusia, la diversificación de nuestras importaciones de energía es una prioridad absoluta para la UE", apuntó la Comisión en un comunicado en el que anuncia el viaje de su directora y de la comisaria europea de Energía, Kadri Simson.
Por otra parte, mañana, sábado 16 de julio, en Tiflis, capital de Georgia, se llevará a cabo un nuevo encuentro entre los cancilleres de Armenia, Ararat Mirzoyan, y Azerbaiyán, Cheyhun Bayramov.
Si a esta sucesión de acontecimientos le agregamos que a mediados de semana dialogaron telefónicamente -por primera vez- el primer ministro armenio Pashinian y el presidente de Turquía, Erdogan, y que luego de esa charla Ankara propuso que el próximo encuentro oficial armenio-turco se lleve a cabo en alguna ciudad de cualquiera de los dos países, queda claro que occidente y sus aliados pisaron el acelerador a fondo para avanzar en sus planes de sacar a Rusia del Cáucaso Sur, quizá sin tener en cuenta que Rusia también es parte del Cáucaso.
No debemos dejar de tener en cuenta que Estados Unidos, Europa y Turquía son parte de la OTAN; que la OTAN está en guerra contra Rusia, siendo el pueblo ucraniano una víctima más de los planes expansionistas de Occidente; que Ucrania le vendió armas prohibidas a Azerbaiyán -fósforo blanco- durante la guerra de los 44 días; que Turquía e Israel son los principales aliados militares de Azerbaiyán y la abastecieron con todo tipo de armas antes y durante la última guerra contra el pueblo de Artsaj; que Azerbaiyán mantiene profundas diferencias con Irán y, además, Teherán está permanentemente en el centro de los objetivos del imperialismo y del sionismo; que Irán fue el único país que mantuvo sus fronteras abiertas con Armenia y le brindó gas, energía, petróleo y alimentos, mientras Bakú y Ankara la bloquearon por décadas; que Rusia fue y es la aliada natural y estratégica de Armenia, y que son soldados rusos los que ayudan a los militares armenios a garantizar la inviolabilidad de las fronteras entre Armenia y Turquía y entre Karabaj y Azerbaiyán.
Evidentemente, la presencia del director de la CIA en Ereván y la recepción brindada por las máximas autoridades del país es un error más del gobierno armenio o, simplemente, un nuevo acto vergonzoso de sumisión a Occidente y de traición para con sus aliados.
