"La seguridad del país está comprometida y se requieren decisiones urgentes", dijo Karekín II, mientras el gobierno sigue atacando a la Iglesia

"Estas acciones fueron precedidas por negociaciones con Turquía", aseguró Narek Karapetian. Mientras tanto, los gobiernos de Pashinian y Aliyev, con la colaboración de Occidente, el panturquismo y el sionismo, continúan golpeando a Armenia y los armenios, actuando como simples marionetas de quienes tienen a Rusia, China e Irán como sus objetivos principales.

El Katolicós sale a saludar y bendecir a la multitud que fue a apoyar a la Iglesia Armenia

Por Adrián Lomlomdjian

Hoy, mientras la Santa Sede de Echmiadzín -cuna y sede central de la Iglesia Apostólica Armenia- amanecía ocupada por agentes de las fuerzas represivas que responden al primer ministro armenio Nikol Pashinian, en Bakú, el Fiscal General de Estado que lidera Ilham Aliyev, pidió cadena perpetua para el político, empresario, benefactor armenio y ex Primer Ministro de Karabaj, Rubén Vardanian, en el marco del juicio ilegal e ilegítimo que el Estado azerbaiyano lleva adelante que prisioneros de guerra y ex autoridades de Artsaj/Nagorno Karabaj.

¿Casualidad? ¿Apenas una rara coincidencia del destino?

En absoluto. Esto, y todo lo que vienen sufriendo y resistiendo los sectores patrióticos de la armenidad, es parte de un plan elaborado por Occidente (Estados Unidos, Gran Bretaña, Unión Europea, OTAN) -con el apoyo del panturquismo y el sionismo-, que comenzó aplicarse a partir del golpe de Estado institucional de mayo de 2018 -mal llamado "revolución de terciopelo"-, que depositó a la cabeza del Estado armenio a Nikol Pashinian y sus secuaces.

"No me arrepiento de nada. Hice todo lo que hice de manera conciente y voluntaria, sabiendo de las posibles consecuencias. Estoy dispuesto a responder por mis actos ante Dios. Y lo único que lamento es no haber podido hacer más", le dijo a su hijo desde la cárcel, en su último mensaje telefónico, Rubén Vardanian.

"Lo declaro una vez más: Artsaj fue, es y seguirá siéndolo, independientemente de los intentos de reescribir la historia o imponer una interpretación diferente de los acontecimientos", enfatizó el ex Ministro de Gobierno de la autoproclamada República de Artsaj, hoy bajo ocupación de Azerbaiyán, luego de haber sido entregada por el primer ministro Nikol Pashinian.

En Echmiadzín se vivieron momentos muy tensos, debido a la decisión gubernamental de jugar sus últimas fichas en su plan de destruir la unidad de la armenidad en torno a la Iglesia Apostólica Armenia y a su líder, el Vehapar Karekín II.

Cientos de policías y agentes de las distintas fuerzas represivas que responden a Pashinian rodearon la Catedral Madre de la Iglesia Armenia y la residencia de Su Santidad Karekín II, y ocuparon las calles internas y los paseos de la Santa Sede, intentando amedrentar a un pueblo que si bien aún no reaccionó como las acciones del gobierno merecen que lo haga, si demostró la decisión de no acompañar al primer ministro y sus cómplices en esta avanzada contra la Iglesia y contra la armenidad.

"El comportamiento de las autoridades de la República de Armenia hoy demuestra claramente que Pashinian ya está fuera del marco legal. No solo actúa como un infractor de la ley, sino que, por lo que parece, también tiene la intención de violar tanto las normas eclesiásticas como la Constitución de Armenia", declaró el abogado Robert Amsterdam, especialista en derecho internacional y defensor de los derechos humanos.

Pashinian y sus sacerdotes no lograron el objetivo deseado

Recordemos que ayer, 17 de diciembre, en una declaración publicada por 10 obispos apoyando al Primer Ministro Nikol Pashinian en su enfrentamiento con la Iglesia armenia, llamaron a los ciudadanos a unirse a ellos en la Santa Sede el 18 de diciembre a las 17:00 horas para exigir la renuncia del Katolicós de todos los armenios, Su Santidad Karekín II.

Apenas unos cientos de fanáticos del primer ministro y de los religiosos que le responden se dieron cita para "exigir la renuncia del Katolicós", mientras que de manera espontánea varios miles se agolparon en las afueras de la Santa Sede vitoreando a Su Santidad y defendiendo la Iglesia Armenia de los ataques del gobierno de Pashinian.

Una multitud se hizo presente para apoyar a la Iglesia y al Katolicós

Los religiosos que "juraron lealtad al primer ministro armenio Nikol Pashinian" llegaron a Echmiadzín cerca de las 17:00 horas, pero se mantuvieron encerrados en la iglesia de Santa Gayané durante más de media hora, sin salir de allí y sin hablar con el periodismo. Los hombres y las mujeres de prensa lograron entrar a la sala donde se encontraban los obispos y quisieron hacer preguntas, pero fueron "acompañados" hasta la puerta por los "amigos" de los sacerdotes "rebeldes".

Finalmente, a las 17:50 horas, "los sublevados salieron de la cueva" y se dirigieron hacia la Catedral, protegidos por agentes de las fuerzas especiales del Servicio de Seguridad Nacional, que gentilmente les envió el primer ministro. En el trayecto hacia el lugar elegido para dar lectura a su "proclama", escucharon miles de voces de reprobación y rechazo a su accionar, y una frase que se repitió hasta el cansancio: "Ustedes son Judas".

Finalizada la lectura de la "proclama", los obispos "leales a Pashinian" -que no se atrevieron a caminar entre los ciudadanos reunidos en la Catedral sin escolta policial- abandonaron rápidamente el lugar en una camioneta minibus Sprinter del Servicio de Seguridad Nacional y escoltados por un gran número de "fuerzas especiales".

Las palabras de Su Santidad Karekín II

Mientras tanto, en la Catedral Madre de San Echmiadzín se celebraba un servicio religioso con la participación del Katolicós de todos los armenios.

"Hoy se produjo otro ataque contra San Echmiadzín", dijo Karekin II durante la liturgia en la Catedral, agregando que "desafortunadamente, esto fue cometido por algunas de nuestras autoridades".

El Patriarca recordó que "en la historia de Armenia hubo distintas fuerzas que intentaron cuestionar la misión de la Iglesia y obligar a Echmiadzín a servir intereses foráneos, provocar desunión y dividir al pueblo, pero no lo lograron".

El Katolicós destacó que "la seguridad del país está comprometida y se requieren decisiones urgentes", puntualizando que "en estas circunstancias, en lugar de instar a la sociedad a la tolerancia, la unidad y a restablecer las relaciones entre la Iglesia y el Estado, continúan los ataques contra la Iglesia Apostólica Armenia".

"El ruido que se levanta nunca podrá perturbar nuestra misión y nuestros programas, diseñados para garantizar la fortaleza y la resiliencia del país", enfatizó Su Santidad Karekín II, reiterando que "somos una sola nación, una sola patria y una sola iglesia".

El Patriarca de todos los armenios bendijo al pueblo y las organizaciones que siempre han apoyado y lo siguen haciendo, y llamó a no sucumbir a las provocaciones y a unirse en torno a la patria y la iglesia. También recordó al clero injustamente arrestado y a los presos políticos, y pidió su liberación.