Naní, el sueño de un restaurant armenio
Naní abre sus puertas para seguir disfrutando de esta maravilla de compartir la comida deliciosa, la cultura y la amistad.
Por Natalia Demirdjian, cheff de Naní
El primer recuerdo de la comida armenia que me viene a la memoria es el de mi abuela Lusadzin -nieta de los Kach de Zeytun- en la cocina, sentada en una silla bajita cerca de la puerta que daba al patio. Si cierro los ojos aún huelo la mezcla del bulgur (trigo) junto con el morrón rojo y la carne que amasaba para preparar kofte. Pasábamos en búsqueda del “coquito” del pan, que nos rellenaba de michuk (relleno). O el de mi bisabuela Kohar, que preparaba sus kehké trenzados. O de mi abuela Esther preparando el Kombë que era uno de los platos favoritos de mi infancia, o en la casa de mi bisabuelo Kevork, que preparaba ese madzun delicioso en frascos de vidrio en las viejas heladeras Siam, para preparar djadjek.
Nos reunía la mesa familiar, con bullicio y llena de comida, como en toda mesa armenia. Mi mamá fue quien me enseñó a cocinar desde muy chica. Fui criada en una casa de puertas abiertas para la familia y las amistades. Siempre con la mesa servida para compartir las alegrías o acompañarnos en las tristezas.
Cuando llegaron los 20 ya empezaba a ser anfitriona, cosa que disfruto hasta el día de hoy y el sueño de tener un restaurant empezaba a dibujarse. Estaba siempre en la búsqueda de las recetas familiares, atenta a las explicaciones de mi mamá, de mi abuela, de mis tías abuelas.
Mi casa se llenaba de amigos y compañeros. Largas veladas y comilonas, de noches en el club, bailando, cantando…
En 2010 empecé a materializar la idea de dedicarme a la gastronomía, y la vida me sorprendió con la más maravillosa de todas las vivencias de mi vida que es ser mamá de Mané. Viendo a mi hija y deseando para ella que pueda disfrutar su libertad y sus deseos, me encontré luchando por los míos.
En 2016 nació Naní, cocina armenia. En los campos de Armenia, llaman "naní" a las madres y fue en homenaje a mi mamá Marta y a todas las ancestras de las que heredamos las recetas y la cultura tan rica que bauticé así a mi proyecto.
Con la ayuda de muchas y muchos que han apoyado este sueño, y con trabajo constante, Naní fue creciendo.
A partir de mi amistad con Nancy, con quien nos conocimos cuando nuestros hijos comenzaron el jardín, empezamos a tener encuentros familiares. Fue así que en 2019, le propuse a Gabriel asociarnos para hacer crecer el proyecto y en seguida me tendió la mano y nos lanzamos alquilando un local en la calle Acevedo y fuimos creciendo de a poco. Es decir que este sueño personal se convirtió en un proyecto de dos familias, que comparten el espíritu de la celebración de la amistad siempre con la mesa servida.
A comienzos de 2021, nos mudamos a esta nueva casa en Gurruchaga 1088 y por fin algo soñado, imaginado, creado y luchado por más de veinte años se hacía realidad y es así que hoy Naní abre sus puertas para seguir disfrutando de esta maravilla de compartir la comida deliciosa, la cultura, la amistad.
El placer de compartir sueños.
No hubiese llegado hasta acá sin el apoyo incondicional de mi familia, que hasta el día de hoy siempre tiende la mano, sin la fortaleza que me dieron mis amigas que me han acompañado en largas veladas de trabajo, han venido a cebar un mate mientras trabajaba, o han entendido mis ausencias y de tantas compañeras y compañeros que apoyaron mi sueño. A todas y todos, gracias.
Հրամեցէ՛ք
Naní, cocina armenia está ubicado en Gurruchaga 1088, Palermo, Ciudad de Buenos Aires. Abre de lunes a sábados de 10 a 19 hs. Todos los platos son de elaboración propia y se trabaja constantemente en la calidad de los productos. Se puede ir a almorzar o pasar por la despensa y llevar para calentar en casa. Reservas al 11-3140-6814.
