"La República Socialista Soviética de Armenia se convirtió en el lugar del verdadero renacimiento de nuestro pueblo"

Ara Akobyan, último Cónsul de la URSS en Buenos Aires y primer representante diplomático de la República de Armenia, fue uno de los oradores del acto realizado en la Casa de la Cultura Armenia. Publicamos completa su excelente y didáctica intervención.

Redacción NOR SEVAN

El sábado 29 de Noviembre, en la sede de la Unión Cultural Armenia de Argentina, se llevó a cabo el tradicional acto celebratorio de un nuevo aniversario del Renacimiento de Armenia -el 105º- y del cumpleaños 99 de la institución.

La conducción de la actividad estuvo a cargo de Federico Lomlomdjian, de la Juventud de la Unión Cultural Armenia. En la parte artística se hicieron presentes el Conjunto Kaiané, el Coro Aram Khachaturian y la Orquesta Armenia de la UCA.

Hicieron uso de la palabra el Ing. Ara Akobyan, último Cónsul de la URSS en Buenos Aires y primer representante diplomático de la República de Armenia, y el compañero Adrián Lomlomdjian, presidente de la Unión Cultural Armenia.

A continuación, publicamos la intervención completa del Ing. Ara Akobyan.

"Queridos Amigos, Compañeros, gracias a la Unión Cultural Armenia por la invitación y ¡felicidades a todos por el 105º aniversario de Armenia Soviética!

Cuando me invitaron a participar de este encuentro, pensé en hablar sobre todos los logros de la Armenia Soviética, pero son tantos, tan profundos y tan significativos, que podría hablar horas y horas. Por eso, elegí hacer un recorte. No para simplificar la historia, sino para iluminar aquellos logros que marcaron un antes y un después en la vida de nuestro pueblo.

Porque si queremos comprender realmente lo que significaron esos 70 años para Armenia, no basta con enumerar hechos. Hay que comparar, analizar y mirar con honestidad cómo era nuestro país antes, cómo se transformó durante ese período y qué pasó después.

Según los datos oficiales, se estima que la población del país en 1920 era de 720 mil habitantes. En 1989: más de 3.300 000. Y hacia fines del 2024, era de 3 millones de habitantes. Así ya podemos ver que en los últimos 30 años la población disminuyó notablemente.

Durante 70 años, la Armenia Soviética experimentó un crecimiento extraordinario. En poco tiempo, pasó de ser un país subdesarrollado, agrario, devastado por la guerra y el reciente genocidio, a una república industrial ultramoderna con una infraestructura desarrollada, una ciencia avanzada y un renacimiento cultural del que, afortunadamente, aún quedan algunos rastros.

La República Socialista Soviética de Armenia se convirtió en el lugar del verdadero renacimiento de nuestro pueblo, un hecho que incluso los oponentes ideológicos modernos no sólo NO niegan, sino que además reconocen.

Pero, lamentablemente, esto se presenta desde una perspectiva completamente distinta, como si hubiera sido el pueblo quien lo logró por sí mismo, casi desafiando al sistema. Y aquí surgen varias preguntas: ¿por qué, entonces, ese pueblo no hace lo mismo hoy? ¿Por qué permaneció inactivo cuando formaba parte del Imperio Ruso? y ¿por qué hoy la situación económica es tan precaria?

Quizás, no se trate sólo del pueblo, por muy talentoso que sea. Se necesitan condiciones para su desarrollo. Y las condiciones no surgen por sí solas. Las crea el sistema: organiza y une a la gente. Para que un pueblo se auto-organice, es necesaria una plataforma política y económica.

Los próximos indicadores son muy llamativos. Por ejemplo, el territorio de la República Socialista Soviética de Armenia constituía el 0,13 % del territorio de la URSS, y su población representaba el 1,1 % del total del país. Parecen unos números pequeños, incluso, insignificantes para una potencia como la URSS. Sin embargo, su participación en 15 tipos de producción industrial osciló entre el 5 % y el 35 % de la producción total de la Unión Soviética.

Entre las repúblicas de la URSS, Armenia ocupó el primer lugar en la producción de ciertos tipos de máquinas, herramientas de alta precisión, de bloques del tuf volcánico y algunos productos agrarios. Ocupó el segundo lugar en la producción de concentrado de molibdeno, sulfato de cobre, centrales eléctricas móviles, bombas hidráulicas y relojes. Se posicionó en tercer lugar en la producción de cobre refinado, carburo de calcio, ácido acético, caucho sintético, neumáticos para automóviles, máquinas de forja y prensado, y motores eléctricos de corriente alterna.

Armenia se destacó por su avanzado desarrollo industrial.

La lista de estos logros es muy larga. Sería imposible enumerar cada avance y cada logro alcanzado por el pueblo bajo el liderazgo del partido comunista ya que nos llevaría muchísimo tiempo. Sólo nombro algunos:

• La Planta Nairit, una empresa química que representaba entre el 10 y el 12 % del mercado mundial del caucho sintético. Ahora no existe.

• La planta Automotriz de Ereván, llegó a producir más de 16.000 autos al año. Ahora no existe.

• La planta de construcción de maquinaria eléctrica de Ereván (Hayelectro), un gigante industrial que empleó a más de 10.000 personas.

• La Central Nuclear de Metsamor. Algunos equipos de la central que se instalaron fueron probados ahí por primera vez en la URSS y también en el mundo.

Y no olvidemos algo fundamental: la Armenia Soviética exportaba su producción a más de 120 países, dejando así, el nombre de nuestro país en los mercados internacionales.

Ahora pasamos a otro aspecto clave de aquella época: la arquitectura y la construcción.

La arquitectura armenia-soviética sigue siendo, incluso hoy, una marca distintiva del país y una impronta profunda de nuestra identidad que viene de antaño.

Durante la época soviética, la obra pública no solo levantó edificios: levantó una visión de país. Cada avenida, cada teatro y cada monumento fueron concebidos para amalgamar la identidad moderna y la memoria histórica. Y en ese proceso, cada detalle fue cuidadosamente pensado. Pero no solo como un estándar de belleza u ornamento, sino como una forma de inscribir la identidad armenia en la piedra, el hormigón y el espacio público.

Por eso, muchas de estas construcciones permanecen en pie no solo como estructuras, sino como auténticos símbolos inter-generacionales. Y varias de ellas se convirtieron en referentes de la arquitectura moderna a nivel mundial. Lamentablemente, algunos de ellos fueron demolidos… y hoy viven en la nostalgia de quienes saben apreciar la cultura.

Les presento algunas de las construcciones más importantes.

• La Plaza Lenin (hoy, Plaza de la República).

• El Complejo arquitectónico de la Estación de Ferrocarril de Ereván, que incluye el famoso monumento a Sasuntsi David.

• El Hidrotúnel Arpa-Sevan, de 48,3 kilómetros de longitud. Una construcción de características únicas para salvar el lago Sevan.

• El Metro de Ereván. Y acá quiero mencionar un detalle. En 1989, faltaba muy poco para finalizar la estación Achapniak. Lamentablemente nunca la vimos.

• El complejo Tsitsernakaberd, Monumento en memoria de las víctimas del Genocidio Armenio de 1915.

• El Complejo Deportivo y de Conciertos Karen Demirchyan, «Hamalir».

• El estadio “Hrazdán” con capacidad para 75 mil personas, uno de los más lindos del mundo, donde jugaba nuestro equipo “Ararat” que salió campeón de la URSS y ganó 2 veces la Copa. El estadio ahora no funciona.

Como gran amante y también ex jugador de fútbol no puedo dejar de recordar la hazaña de nuestro equipo Ararat que le ganó al Bayer Múnich en la Liga de Campeones. Por eso también duele hablar de la lamentable situación en la que se encuentra el fútbol en Armenia hoy.

Durante la Gran Guerra Patria, uno de los momentos más difíciles y de mayor crisis del país, se creó la Academia de Ciencias de la RSS de Armenia. Su creación puso de relieve la importancia del desarrollo científico para el país y se convirtió en un acontecimiento cultural y científico de gran relevancia para la república. Su fundador y primer presidente fue el destacado científico armenio Iosif Orbeli.

Esto denota que, por un lado, siempre se creyó en la victoria y, por otro, que la ciencia, la educación y la cultura eran parte fundamental para el desarrollo del país. Y, aún en momentos críticos, se invertía en estos aspectos para la sociedad.

Durante varios años, formé parte de la dirigencia del Departamento de Relaciones Internacionales de la Presidencia de la Academia de Ciencias. Y yo mismo fui testigo del esfuerzo y trabajo invertidos para continuar con el desarrollo del país. En ese tiempo, tuve el honor de no solo conocer y trabajar con los científicos armenios mundialmente conocidos, sino también tener una amistad personal con varios de ellos. Con algunos, compartimos viajes al exterior a congresos, simposios, jornadas científicas.

Para comprender un poco más lo que significaban la ciencia, la educación y la cultura, quisiera mencionar algunos hitos emblemáticos:

• Se fundó el Matenadaran.

• Se inauguró el Observatorio Astrofísico de Byurakan, que lleva el nombre del otro científico, astrofísico mundialmente famoso Víctor Ambartsumyan.

• La Academia de Ciencias de Armenia estableció centros de ciencia moderna como el Instituto de Física; el Instituto de Matemáticas y Mecánica y el Instituto de Bioquímica Cerebral.

• Además, funcionaban una gran cantidad de Institutos de Investigación Científica correspondientes a distintas ramas de ciencia y técnica, muchos de los cuales ahora no existen.

Y la lista sigue…

Pero hay algo que merece un párrafo especial: uno de los logros fundamentales de la Armenia Soviética fue la eliminación del analfabetismo masivo. Todos tenían acceso a una educación gratuita y de excelente calidad. Los estudiantes no solo no pagaban por sus estudios, sino que recibían becas, contaban con libros de texto gratuitos y tenían un boleto estudiantil con un valor simbólico. La educación era un orgullo nacional y un pilar de la transformación social.

La Educación superior en la RSS de Armenia estaba disponible a través del sistema universitario, donde la Universidad Estatal de Ereván destacaba como la más antigua y prestigiosa. Armenia tenía el mayor porcentaje de personas con educación superior entre todas las repúblicas soviéticas. Esto no sólo reflejaba el deseo del conocimiento de nuestro pueblo, sino también la verdadera accesibilidad a la educación. En este período, funcionaban universidades generales, como altamente especializadas, todas ellas con un nivel académico capaz de formar profesionales de excelencia en diversos campos.

La educación inicial también estaba garantizada. Las guarderías, los jardines de infantes y las escuelas eran completamente gratuitos, asegurando que la formación comenzara desde los primeros años de vida.

La transformación de nuestro país y nuestro pueblo no se centró sólo en la educación. El periodo soviético también se destacó por un gran desarrollo de la cultura y el deporte.

Se construyeron numerosos teatros, centros culturales y estadios que aún hoy son símbolos de nuestra identidad: el Teatro de la ópera y ballet Spendiarian, la Filarmónica Aram Kahchaturian, los teatros Sundukian y Stanislavsky y más.

En el deporte tuvimos numerosos campeones europeos, mundiales, olímpicos como Albert Azarian, Hrant Shahinian, Igor Novikov entre otros. En el ajedrez tuvimos al gran campeón mundial Tigrán Petrosian. Este acontecimiento dio un empuje enorme al desarrollo y popularidad del ajedrez en Armenia. Como consecuencia surgieron muchos jóvenes talentosos entre los cuales fue el 2 veces ganador de la Copa Mundial de FIDE, Levon Aronian. Conozco personalmente a este joven talentoso, patriota, honesto que tuvo que abandonar su país y representa ahora a los Estados Unidos.

Una de las condiciones más valiosas que ofreció el sistema, el Estado, para que todo esto fuera posible, fue la gratuidad de los servicios. El acceso a la cultura y al deporte era libre y abierto para todos. Practicábamos deportes, aprendíamos a tocar instrumentos y participamos de eventos culturales sin tener que pagar una entrada.

En la Armenia Soviética, el desempleo como fenómeno oficial era inexistente debido a una política de pleno empleo. El Estado garantizaba empleo a todos los ciudadanos aptos para trabajar. Los adultos mayores tenían una jubilación que les permitía vivir dignamente.

También, el Estado garantizaba la vivienda gratuita para todos (en mayor o menor medida). Los pagos de los servicios para las viviendas constituían aproximadamente 5-10% del sueldo. Por eso también hoy en día, una buena parte de la población tiene su propia casa.

Además, toda la población tenía acceso a los servicios de salud de alta calidad de forma gratuita.

Armenia Soviética fue una atracción desde sus primeros días para los armenios de todo el mundo. Desde distintos países llegaron varias personalidades destacadas. Entre ellos, Alexadr Miasnikian, Yakov Zarubian, el famoso pintor Martiros Sarian, el arquitecto Alexandr Tamanian, el compositor Alexandr Spendiarian, los grandes actores Hrachja Nersesian, Vagarsh Vagarshian, científicos como los hermanos Orbeli, los hermanos Alijanian, entre otros.

Después de la Gran Guerra Patria hubo otra importante ola de repatriación de aproximadamente 200.000 armenios, auspiciada por el gobierno de la URSS. Como resultado, surgieron los nombres de personas mundialmente famosas como Gohar Gasparian, Hovannes Chekidjian, Hovannes Badalian, Yervand Manarian entre otros.

Todo eso fue posible gracias a la solidaridad sincera, la colaboración y la ayuda mutua entre todos los pueblos de la Unión Soviética. Este espíritu de unión se reflejó en la participación del pueblo armenio en la Gran Guerra Patria. Un ejemplo de sacrificio, valentía y fraternidad del que hemos hablado muchas veces aquí y que nos sigue llenando de orgullo.

No fue un camino perfecto. No podemos negar que también hubo desafíos no superados, errores, dificultades y mucho por mejorar. Pero si miramos con honestidad los logros que se alcanzaron, entendemos que valió la pena.

Lo más importante es que nuestra población aumentaba, las familias vivían con esperanza y nuestros hijos contaban con un futuro mejor y dormíamos tranquilos sabiendo que nuestras fronteras estaban protegidas. Con nuestro esfuerzo y trabajo estábamos construyendo algo más grande que nosotros: estábamos construyendo un futuro colectivo.

Muchas gracias!!".