El Instituto Lemkin insta al gobierno de Armenia a detener de inmediato los ataques y las persecuciones contra la Iglesia
- Redacción NOR SEVAN
- hace 2 días
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El Instituto Lemkin para la Prevención del Genocidio expresó su profunda preocupación por la sistemática presión estatal sobre la Iglesia Apostólica Armenia, que incluye arrestos e intimidaciones a clérigos y el ataque a instituciones eclesiásticas.

Redacción NOR SEVAN
En un comunicado público, el Instituto especializado en la defensa de los derechos humanos a escala internacional, señala que el accionar agresivo e intimidatorio que lleva adelante el gobierno de Pashinian contra la Iglesia Apostólica Armenia supone un peligroso desafío para las instituciones democráticas de Armenia, así como un ataque inesperado y no deseado a una de las estructuras básicas de la identidad armenia.
Aunque el gobierno insiste en que sus acciones se basan en pruebas que demostrarían delitos penales, los líderes de la Iglesia han condenado los arrestos, calificándolos de un ataque a la libertad religiosa y un esfuerzo deliberado por debilitar a la Iglesia.
En general, los acontecimientos que se vienen sucediendo desde hace meses, especialmente las detenciones de miembros jerárquicos de la IAA y de sacerdotes y otras personas vinculadas a la iglesia, generan serias preocupaciones sobre el debilitamiento de las garantías que deben brindarse sobre la vigencia del Estado de derecho. Las acciones y los esfuerzos del gobierno por intervenir la Iglesia han sido duramente criticados por organizaciones civiles y de derechos humanos nacionales e internacionales, que las catalogan como un abuso de la autoridad legítima del Estado y una violación de los principios constitucionales de separación entre Iglesia y Estado.
La combinación de la persecución selectiva, la "transparencia limitada" y la intervención directa del Estado en asuntos religiosos, genera serias preocupaciones sobre que se están utilizando mecanismos legales para socavar la autonomía de la Iglesia Apostólica Armenia en lugar de hacer cumplir la ley.
Asimismo, el comunicado señala que la reciente decisión del gobierno de la República de Armenia de eliminar de la grilla televisiva nacional el Canal Shoghakat, que pertenece a la Santa Sede de Echmiadzín, forma parte de los esfuerzos en curso dirigidos a la marginación de la Iglesia.
Los ataques tienen lugar en un contexto de crecientes tensiones generadas, principalmente, por la decisión del gobierno de Pashinian de normalizar a toda costa las relaciones con Azerbaiyán y Turquía, decisión criticada públicamente por los líderes de la Iglesia, quienes insisten en la libertad de los prisioneros de guerra y presos políticos que Bakú mantiene en sus cárceles, en el retorno de la población de Artsaj a sus territorios ancestrales y en la protección del patrimonio histórico y cultural armenio en Karabaj, que está siendo sometido a destrucción por parte del ocupante azerbaiyano.
Para el Instituto Lemkin, "la Iglesia Apostólica es percibida por las autoridades como una amenaza potencial para el control estatal". Esta campaña planificada contra la Iglesia Armenia demuestra que el genocidio ocurre no solo por destrucción física, sino también por la eliminación de la identidad cultural y espiritual.
A la luz de los recientes esfuerzos por negociar conversaciones de paz y normalizar las relaciones con Turquía, así como la creciente influencia diplomática de Azerbaiyán, la estrategia interna del gobierno de Armenia hacia su principal institución religiosa parece estar cada vez más alineada con los objetivos a largo plazo de estos Estados vecinos. La marginación de la Iglesia Apostólica refleja las estrategias históricamente utilizadas por Ankara, y ahora Bakú, para socavar la identidad y cohesión armenias.
El Instituto Lemkin insta al gobierno armenio a cesar inmediatamente las acciones motivadas políticamente contra el clero y a reafirmar su adhesión a los principios constitucionales de libertad religiosa y pluralismo. El instituto también hace un llamamiento a observadores internacionales y organizaciones de derechos humanos para que sigan de cerca los desarrollos en Armenia, reconociendo que la erosión de las instituciones religiosas ha precedido históricamente a campañas más amplias de fragmentación de la sociedad y borrado de la identidad.













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