Erdogán y Aliyev visitaron la ocupada Shushí
Los presidentes de Turquía y Azerbaiyán mantuvieron una reunión en las regiones tomadas de Artsaj, tras el fin de la guerra de los cuarenta días. Otra provocación del plan neotomano del Sultán y su "hermano" azerí.
Por Emiliano Lomlomdjian
El presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan y su homólogo de Azerbaiyán Ilham Aliyev visitaron hoy la ciudad ocupada de Shushí. El auto proclamado Sultán turco fue recibido por el mandatario azerí en esta región, que fue tomada tras el fin de la guerra de los cuarenta días, y ambos jefes de Estado firmaron la "Declaración de Shusha".
En la rueda de prensa, Erdogan informó que planea inaugurar un consulado general en Shushi ocupada lo antes posible. Señaló que con el acuerdo se concretó "la hoja de ruta de las relaciones entre los dos países para el nuevo período". Asimismo, exclamó que el "Alto Karabaj pasó a manos de sus dueños liberándose de la ocupación armenia tras una guerra de 44 días y felicitó una vez más la victoria del pueblo azerbaiyano en Karabaj", olvidando que el pueblo armenio es originario de este territorio.
El presidente fascista declaró que "Turquía continuará ofreciendo todo tipo de contribución a Azerbaiyán en las actividades de reconstrucción, así como en la lucha por la independencia". Además, destacó que "tomarán medidas necesarias para que las tierras de Karabaj y Azerbaiyán no vuelvan a experimentar tal desastre".
"Esperamos que Armenia aproveche la oportunidad de tomar la mano de la buena voluntad y la solidaridad que se le brinda. Con la plataforma sexteta (Rusia, Turquía, Azerbaiyán, Armenia, Georgia e Irán), queremos que la región sea pacífica. Nosotros, junto con mi hermano (Aliyev), estamos dispuestos a hacer todo tipo de sacrificios", dijo Erdogán, mientras sigue invadiendo Siria, bombardeando Irak, atacando al pueblo kurdo y asirio, y persiguiendo a los armenios y las minorías en la Anatolia.
Por su parte, Ilham Aliyev expresó que la "Declaración de Shusha" es una garantía de cooperación futura entre los dos países y agradeció al Presidente turco por su apoyo claro y abierto desde el comienzo de la guerra. "Hoy es un día histórico. Mi querido hermano ha visitado Azerbaiyán muchas veces, pero es la primera vez que estamos juntos en la tierra de Karabaj, en Shusha", aseveró el líder azerí.
El autoritario Presidente azerbaiyano agregó: "La declaración conjunta sobre la alianza firmada hoy, lleva nuestras relaciones al más alto nivel". "El título de la declaración lo dice todo. Hoy hemos establecido relaciones cualitativamente nuevas y todas las disposiciones especificadas en esta declaración son la garantía de nuestra futura cooperación", añadió.
Entre los artículos más importantes de la declaración firmada por los regímenes de Bakú y Ankara, se destaca que las partes "declaran examinando todos los aspectos de las perspectivas de una mayor expansión y profundización de las relaciones Turquía-Azerbaiyán", "muestran esfuerzos conjuntos para resolver los problemas de seguridad y estabilidad regionales y mundiales" y "se brindarán la asistencia necesaria entre sí en caso de amenaza o ataque de un tercer Estado a la independencia o integridad territorial de cualquiera de las partes".
En el acuerdo, se señaló que "la apertura del corredor Zanguezur que conecta Turquía y Azerbaiyán y el ferrocarril Najichevan-Kars contribuirán al reforzamiento de las relaciones bilaterales".
La respuesta del pueblo armenio ante esta provocación expansionista no tardó el llegar. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia condenó enérgicamente la visita conjunta de los presidentes turco y azerbaiyano a Shushí, que es un centro histórico y cultural armenio que se encuentra actualmente bajo la ocupación azerí. En este sentido, evaluó este acto "como una provocación abierta contra la paz y la seguridad regionales".
"Cabe señalar que esta visita fue precedida por la destrucción del patrimonio religioso, histórico y cultural de la población armenia originaria desplazada por la fuerza, incluida la profanación de la catedral de San Salvador Ghazanchetsots, objetivo de las fuerzas turco-azerbaiyanas durante y después de la guerra contra Artsaj, así como la destrucción total del monumento que conmemora a las víctimas del genocidio armenio", señalaron desde la Cancillería.
Asimismo, expresaron que estas acciones socavan significativamente los esfuerzos internacionales para establecer la estabilidad en la región, son absolutamente inaceptables y revelan claramente la naturaleza falsa y engañosa de las declaraciones provenientes de los oficiales de Ankara y Bakú sobre sus intenciones de normalizar las relaciones con Armenia. "La restauración de los derechos de los armenios de Artsaj, que incluye la desocupación de los territorios de la República de Artsaj y el regreso seguro de la población desplazada, es fundamental para superar la amenaza genocida turco-azerbaiyana contra el pueblo armenio", denunciaron.
A través de una declaración, insistieron en que "la solución integral del conflicto de Nagorno-Karabaj" debe realizarse bajo los auspicios de la Copresidencia del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Por último, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Artsaj condenaron esta visita que es "una clara manifestación de violación del derecho internacional, xenofobia, política genocida y terrorista". "Las acciones provocadoras de Turquía deben ser condenadas por la comunidad internacional, ya que tales visitas, las ideas, declaraciones, acuerdos alcanzados y glorificación de la política expansionista medieval expresados durante ellos son una seria amenaza para la seguridad internacional y regional, un desafío para toda la humanidad civilizada, un golpe a la reputación de todas las organizaciones y estructuras de las que Turquía es miembro", cerraron en su comunicado.
