La avanzada occidental sobre Armenia no se detiene
Una delegación de congresistas norteamericanos visita Ereván, al igual que la canciller de Noruega. Mientras tanto, Europa, la misma que envía una misión para "apaciguar el Cáucaso", promete adiestrar militarmente a 15 mil soldados ucranianos.
Por Adrián Lomlomdjian
"Para empezar, queremos entrenar a 15 mil soldados ucranianos", dijo Borrell tras la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea en Luxemburgo, confirmando que el programa tendrá una duración de dos años. En esa misma reunión, los cancilleres europeos decidían enviar a la frontera armenio-azerbaiyana una "misión de expertos" para "genera confianza" y aportar a la paz en la región...
Todas, declaraciones cargadas de hipocresía y cinismo. Como las pronunciadas hace unas semanas en Ereván por Nancy Pelosi, presidenta del Congreso de los Estados Unidos; o más recientemente, por el presidente francés Emmanuel Macron -provocando a Rusia y queriendo encender el odio de los armenios hacia su aliado- o por la delegación de congresistas yanquis que visitan Armenia.
Lejos de la tensa frontera armenio-azerbaiyana, el jefe de la política exterior europea, Josep Borrell, anunciaba que Ucrania es la principal prioridad de la política exterior de la UE y que "Rusia está perdiendo la guerra moralmente, políticamente, incluso militarmente". Este español devenido en portavoz de la soberbia, la prepotencia y el fascismo europeo, afirmó que "el ejército ruso será aniquilado" y que Irán será severamente castigada en caso de corroborarse que Rusia utiliza drones iraníes en sus operaciones militares en Ucrania".
Los mismos que le compran petróleo y gas a Azerbaiyán, en vez de sancionarla por la agresión a Armenia y por las violaciones a los derechos humanos; los mismos que apoyan a Ucrania, país que le vendió fósforo blanco a Bakú durante la guerra contra el pueblo de Artsaj; los mismos que ahora deciden adiestrar nazis ucranianos, esos criminales de saco, corbata o vestidos de miles de euros, se manifiestan "preocupados" por el pueblo armenio y logran que el gobierno títere de Pashinian siga cumpliendo al pie de la letra lo planificado.
La denominada "Revolución de Terciopelo", encabezada por el periodista devenido hoy a primer ministro de Armenia, no fue otra cosa que una vuelta de tuerca al proyecto que Occidente (con el apoyo incondicional de sionistas y panturquista) ya venía llevando adelante en Armenia a partir de 1991, desde la derrota y desintegración de la Unión Soviética y la restauración capitalista en el país. Levón Ter Petrosian, Vazkén Manukian, Robert Kocharian, Serzh Sargsian, el Partido Armenia Próspera, la Federación Revolucionaria Armenia-Tashnagtsutiún, el Partido Republicano y otras fuerzas menores, que gobernaron el país o estuvieron en el poder en distintos momentos de estos treinta años, han contribuido a llevar a Armenia hasta el borde del precipicio. Hoy, no solo la seguridad del pueblo armenio en Armenia y Artsaj pende de un hilo, sino la existencia misma de ambos Estados.
Por eso, nada de lo que sucede casi a diario en Armenia o relacionado con ella, nos sorprende en absoluto, sigue doliendo esta realidad. Y cada vez más.
Ayer, 17 de octubre, una delegación del Congreso de los Estados Unidos encabezada por el presidente del Comité de Asociación Democrática de la Cámara de Representantes, David Price, llegó a Ereván. Lo acompañan Diane DeJett, Jim Cooper y Andy Levin.
Haciendo clara alusión a la etapa actual del proyecto de captación y colonización de Armenia, el congresista yanqui confesó, refiriéndose a la cuestión de qué tipo de cooperación militar podría haber entre Armenia y Estados Unidos, que "hoy no tengo una declaración específica sobre este asunto, pero la presidenta Pelosi dio un mensaje muy claro. Obviamente, el equilibrio en la región está cambiando, teniendo en cuenta los acontecimientos relacionados con Rusia. Quizás algunas fuerzas ya no sean tan radicales como antes. Y definitivamente habrá cambios. En este momento, se está discutiendo, en particular, sobre cómo se desarrollarán las relaciones, incluso en el campo de la seguridad. Estas discusiones son bastante intensas".
Clarito, ¿no? La apuesta es separar Armenia de Rusia. Lo dicen los norteamericanos, lo repiten los europeos de distintos países y lo reafirman turcos, azerbaiyanos y sionistas.
La existencia de Armenia, la seguridad de su gente y el desarrollo de su identidad están cada día más cerca de 1909-1915 y cada vez más lejos del 29 de Noviembre de 1920.
