Continúa la persecución al Patriarcado Armenio de Jerusalén por parte del Estado de Israel

El Patriarcado Armenio de Jerusalén ha expresado su decepción y preocupación tras enterarse de que una audiencia sobre su larga disputa por el "Arnona" (impuesto municipal) ha sido reprogramada para el 29 de septiembre, a pesar de las garantías anteriores de que el caso sería abordado a través de un comité gubernamental especial.

En un comunicado emitido el 22 de septiembre, el Patriarcado afirmó haber sido notificado oficialmente en febrero de la cancelación de la audiencia original de la petición administrativa ATM 1470-02-24. Los líderes de la iglesia interpretaron esta medida como una señal de que las autoridades israelíes pretendían resolver el asunto a través del comité gubernamental encabezado por Tzachi Hanegbi, establecido en 2018 para gestionar disputas similares que involucran a instituciones cristianas.

“El Patriarcado depositó su sincera confianza en este proceso y acogió con satisfacción el diálogo a través del comité”, decía el comunicado. “Por lo tanto, con decepción y preocupación nos acercamos a una nueva fecha de audiencia, mientras que la disputa no se ha derivado a los canales gubernamentales correspondientes”.

El Patriarcado afirmó que la decisión de fijar una nueva fecha para el juicio contradice la notificación formal que recibió a principios de este año y “plantea serias dudas sobre la sinceridad del proceso y la voluntad de las autoridades de entablar negociaciones de buena fe”.

Los funcionarios de la Iglesia instaron al genocida primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al Ministro del Interior, Moshe Arbel, y al Sr. Hanegbi a intervenir, congelar todos los procedimientos legales, incluida la próxima audiencia, y reafirmar el papel del comité como el foro adecuado para resolver las reclamaciones fiscales.

La disputa fiscal por "Arnona" es parte de una presión financiera más amplia que enfrentan las comunidades cristianas en Tierra Santa, advirtió el Patriarcado, pidiendo al gobierno israelí que proteja los derechos del Patriarcado Armenio y otras instituciones cristianas de “presiones financieras sin precedentes”.