Santa Fe: una ley provincial para hacer memoria sobre el genocidio armenio
El Ministerio de Educación de Santa Fe deberá promover talleres y charlas sobre el respeto entre los pueblos.
Redacción NOR SEVAN (nota publicada en el diario La Capital, de Rosario)
En diciembre de 2006 el Estado argentino sancionó la ley 26.199 que declara el 24 de abril como “Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos”, en conmemoración del genocidio contra el pueblo armenio. El congreso santafesino adhirió a la norma nacional a través de la ley Nº 12.917 y ahora la modificó con la incorporación de dos nuevos artículos. Lo que a simple vista se presenta solo como un avance normativo, en la práctica ofrece la posibilidad de enriquecer los aprendizajes de las y los estudiantes santafesinos.
Cada 24 de abril se recuerda en el mundo el plan de exterminio cometido por el terrorismo de Estado turco contra el pueblo armenio. Entre 1915 y 1923 el imperio Otomano eliminó a un millón y medio de armenios, usurpó su territorio y confiscó sus bienes. ¿Qué viene a traer la modificación de la ley Nº 12.917 aprobada a fines de agosto por el congreso santafesino? La novedad son los artículos 1º y 1º bis, por los que el legislativo provincial no solo reafirma su voluntad a favor de conmemorar el 24 de abril, sino que además compromete al Ministerio de Educación a articular un programa de talleres de formación docente y ciclos de charlas con estudiantes del nivel medio y superior para promover la tolerancia y el respeto entre los pueblos.
La iniciativa de avanzar en tal sentido estuvo a cargo de la Cátedra Armenia de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y fue propiciada por el legislador Miguel Rabbia, quien presentó el proyecto de ley. La Cátedra Armenia, radicada en la Facultad de Ciencia Política, tiene una amplia trayectoria en promover el conocimiento del tema mas allá de los claustros universitarios. “Hace 16 años que venimos trabajando en espacios educativos, como las cinco escuelas que tenemos de testigo”, cuenta a La Capital Delfina Demirdjian, integrante de la cátedra coordinada por Lidia Gatti e integrada además por los docentes Alberto Neirot, Elián Babini, Emiliano Baraballe, Florencia Demirdjian y Sabrina Demirdjian.
Las escuelas testigo de Rosario a las que hace referencia la docente son el Complejo Educativo Dr. Francisco Gurruchaga, la Escuela de Enseñanza Media Nº 258 Soldados Argentinos, el Normal Nº 1, el Complejo Integral Educativo Newell’s Old Boys y el Complejo Educativo Alberdi. A las que se suman otras instituciones educativas de enseñanza media, Eempas y profesorados de varias ciudades del territorio santafesino. La cátedra dicta talleres desde el año 2007 y desarrolla el Programa de Tolerancia y Respeto entre las personas y los pueblos que depende de la vicerrectoría de la UNR.
En el cotidiano
De acuerdo al nuevo articulado, el Ministerio de Educación provincial debe propiciar la formación y comprensión de lo que significó el genocidio armenio, bajo los objetivos de analizar y brindar herramientas pedagógicas acerca de procesos históricos de violencia y exclusión contra pueblos y comunidades, a fin de producir contenidos sobre esta temática. El abordaje del genocidio armenio en las escuelas secundarias también abre la puerta a la reflexión y la promoción del respeto de los derechos humanos, la tolerancia, la paz y los principios democráticos.
“El caso armenio es un caso emblemático que sigue siendo negado y que nos invita a hablar de temas que nos están sucediendo como sociedad”, explica la docente. A modo de ejemplo, dice que en la materia construcción de ciudadanía se pude invitar a hablar de líderes positivos y negativos, y de la construcción de la identidad del otro. “En Rosario —dice— estamos muy atentos de lo que sucede en las aulas y si hay algún conflicto lo tomamos, también si hubo algún suceso de violencia en la ciudad o la región”. De allí que el programa se llame de Tolerancia y Respeto entre las Personas y los Pueblos, porque la idea es no abordar el tema armenio en forma aislado sino que haga de disparador para otros conflictos y llevarlo a lo mas cotidiano, como cuando se ve a un otro como enemigo por la razón que sea.
La Cátedra Amenia trabaja hoy en la elaboración de un manual que aporte a la planificación y brinde material y recursos pedagógicos para la enseñanza del genocidio armenio, especialmente en el secundario. “La idea no es generar un gasto nuevo al Estado sino utilizar los mismos recursos que ya tiene para poder concientizar sobre esta temática. Además, siempre decimos de la importancia de tener una agenda común que trascienda los colores políticos para abordar estas cuestiones”, afirma.
Contra la negación
Este avance normativo llega junto a la celebración de cuatro décadas de democracia, pero también cuando cierta dirigencia política se anima a ponerla en cuestión a través de discursos negacionistas del Terrorismo de Estado. La docente afirma que cuando se habla del genocidio armenio, el negacionismo es un concepto clave a abordar. “Sobre este tema, Matilde Bruera —abogada, docente y activista de derechos humanos por el caso armenio— dice que si la negación es parte del crimen, el reconocimiento es parte de la justicia. Porque parte de este genocidio es su negación por parte de su perpetrador, en el caso armenio la actual República turca”, explica Delfina, que además de docente es descendiente de sobrevivientes. Y concluye: “¿Qué queremos? Yo en particular como nieta de sobrevivientes lo que quiero es el reconocimiento, esto significa no tener que seguir trabajando en concientizar de que fue verdad lo que estamos contando”.
El caso armenio permite mirar con lupa discursos negacionistas de la historia nacional que circulan en el presente. Al igual que con aquel genocidio europeo, el reconocimiento del Terrorismo de Estado cometido en el país por la dictadura cívico militar, constituye un acto de justicia que debe estar presente en todas las aulas de la provincia.
El abordaje educativo del caso armenio no solo invita a reflexionar sobre la violación a los derechos humanos y denunciar la negación de estos hechos como un acto de injusticia, sino que además ofrece la oportunidad de formar en valores democráticos que promuevan la tolerancia y la paz.
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