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Alexander Miasnikian, el primer presidente de Armenia Soviética

El destacado dirigente revolucionario cumplió funciones de Estado, partidarias y militares en Armenia, Rusia, Bielorrusia y Transcaucasia.

Primer Gobierno de Armenia Soviética con Miasnikian (centro)

Por Adrián Lomlomdjian


Alexander Miasnikian, fue el primer presidente de la República Socialista Soviética de Armenia. Nació el 9 de febrero de 1886 en Nor Najicheván (Hoy Rostov del Don, Rusia) y falleció el 22 de marzo de 1925 en Tiflis, en un accidente aéreo junto a sus camaradas Kevork Atabekian y Solomón Maguilevsky, todos ellos miembros del Gobierno de la Federación de Transcaucasia. Fue uno de los dirigentes y hombres de Estado más importantes que dio el Partido Comunista a la revolución soviética, ya que cumplió funciones en el aparato estatal, partidario y militar en Rusia, Bielorrusia, Armenia y Transcaucasia.


Aliosha, como también lo llamaban sus camaradas y amigos, se afilió al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia en 1906. Sin embargo, comenzó su militancia revolucionaria antes, en 1901, en su ciudad natal, integrando una célula clandestina y, posteriormente, como alumno del Seminario Lazarian de Moscú, participando de la huelga general y la sublevación armada contra el zar en 1905.


En 1906 fue arrestado y desterrado. Volvió a su ciudad natal, donde se dedicó a la tarea propagandística entre los trabajadores armenios. Para cumplir las responsabilidades partidarias, fue enviado algunos meses a Bakú, donde conoció y se relacionó con Stepán Shahumian, Prokofi Chaparidze y Boghdán Knuniants, entre otros.


Al comenzar sus estudios universitarios en Moscú, fue elegido dirigente de las organizaciones estudiantiles clandestinas. En 1911, egresó de la Facultad de Abogacía de Moscú. Durante la Primera Guerra Mundial fue llamado al ejército, donde cumpliendo tareas partidarias organizó a los soldados y militares bolcheviques en células partidarias, que comenzaron a actuar políticamente en el frente occidental.


Cuando triunfó la revolución democrático-burguesa de febrero de 1917, que derrocó al zarismo, Miasnikian fue elegido miembro del Comité Militar y encabezó, junto a Mijaíl Frunze, la fracción socialdemócrata del mismo. En marzo, lograron alejar a los mencheviques y la organización se transformó en bolchevique. En julio de 1917, contribuyó a la creación del periódico “Izvestia”. Como delegado de los bolcheviques bielorrusos y del Frente Militar Occidental, participó del 6° Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Bolchevique de Rusia (POSDB), donde defendió la posición de Lenin acerca de preparar la revolución socialista.


En septiembre de 1917, fue elegido presidente del Comité Regional Noroccidental del POSDB (posteriormente, convertido en Comité Central (CC) del Partido Comunista de Bielorrusia). Al triunfar la Revolución de Octubre, Miasnikian fue nombrado Presidente del Comité Militar Revolucionario del Frente Noroccidental creado en Minsk. Durante el 2° Congreso de soldados del Frente Occidental, Miasnikian fue electo por unanimidad Comandante de dichas fuerzas. Al mismo tiempo, lo designaron Presidente del Comité Militar Revolucionario de la Base militar de Ejército Rojo y Vicecomandante del Ejército Rojo.


Ya en febrero de 1919 fue votado por sus compañeros para ejercer las funciones de Presidente del Buró Ejecutivo del Partido Comunista de Bielorrusia. Sin embargo, en plena contra las potencias extranjeras y los grupos armados contrarrevolucionarios, en marzo del mismo año es trasladado a Moscú, donde se lo designa Primer Secretario del Partido Comunista de la ciudad y de la provincia. En el verano de 1920, durante el tercer ataque de los países del Entente, fue nombrado Jefe de la Dirección Política del Frente Occidental.


En enero de 1921, el CC del PC de toda Rusia decidió que Miasnikian fuera enviado a Armenia para cumplir funciones estatales en la naciente República Soviética, donde es elegido por sus compañeros como Presidente de la República y máxima autoridad militar. Junto a él llevó la carta dirigida por Lenin a los obreros, campesinos y soldados de Transcaucasia.

Cuando se creó la Federación de Repúblicas Socialistas Soviéticas de Transcaucasia, en Marzo de 1922, fue elegido uno de sus copresidentes y Primer Secretario del Comité Regional del PC de Transcaucasia, integrado por los partidos comunistas de Armenia, Georgia, Daghestán y Azerbaiyán.


Alexander Miasnikian fue también editor y director de más de una decena de periódicos partidarios, y autor de numerosos artículos y libros sobre las nacionalidades, marxismo leninismo, historia y cultura armenia. Escribió notas dedicadas a los poetas H. Tumanian, H. Hovannisian y A. Zadurian. Su artículo “Mikael Nalbandian”, que data de 1910, fue la primera investigación marxista sobre el gran demócrata-revolucionario armenio. Miasnikian fue electo delegado a varios Congresos partidarios y a Congresos de la Internacional Comunista.


Su encuentro con Lenin


Antes de partir hacia Armenia para cumplir con sus nuevas funciones, Miasnikian mantuvo un encuentro con el líder bolchevique Vladimir Lenín en abril de 1921. Allí intercambiaron opiniones sobre la situación en Armenia y Transcaucasia, y Lenin le entregó una carta dirigida a los comunistas, obreros, campesinos y soldados de Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Daghestán.


"Me permito poder manifestarles mi esperanza de que la férrea unidad de todos ustedes creará ejemplares condiciones de paz nacional como nunca se ha visto y como sería imposible que existiera en el sistema burgués", expresó en uno de los párrafos de la carta enviada por el líder bolchevique a los pueblos del Cáucaso.


"El encuentro con Lenín me demostró que las tareas a realizar en Oriente no eran fáciles y precisaban de una gran responsabilidad", dijo Aliosha, quien arribó a Ereván el 4 de mayo de 1921, trayendo consigo 20 vagones de trigo y alimentos enviados por el Gobierno de la Rusia Soviética para la población armenia.


Su primera intervención pública fue el 10 de mayo de 1921, en la ceremonia oficial organizada por el primer aniversario de la Sublevación de Mayo de 1920. "Hoy, arrodillémonos frente a los héroes de Alexandrapol, quienes hicieron lo que debían hacer. Debemos tomar lecciones de la sublevación de Alexandrapol. Quizá, la lección más importante sea la certeza de que para la clase trabajadora de Armenia no hay salvación sin poder soviético", dijo Miasnikian en un tramo de su discurso.

Carta de Lenin publicada en el diario "Komunist" del 10.05.1921

Victoria sobre el intento contrarrevolucionario


Para cuando Miasnikian llegó a Ereván, ya había sido sofocado casi por completo el movimiento contrarrevolucionario iniciado el 18 de febrero de 1921 por la FRA-Tashnagtsutiún. Expulsados sus principales dirigentes y formaciones militares de Ereván y de gran parte del territorio armenio, algunos grupos contrarrevolucionarios se atrincheraron en la región montañosa de Zanguezur, donde contaban con el apoyo de las potencias occidentales y de las fuerzas contrarrevolucionarias rusas y caucásicas, que aún soñaban con derrocar el poder soviético en Armenia, Rusia y el resto de la región.


El gobierno revolucionario ya había restablecido su poder en el país, pero quedaba pendiente la decisión de qué hacer con sublevados atrincherados en Zanguezur. A pesar de haber denominado la zona como "cueva de la contrarrevolución caucásica", Miasnikian no era partidario de derramar más sangre. Y si bien ya había elaborado junto a Guekker, Comandante de la 11ª División de Ejército Rojo, un plan para desalojar a los contrarrevolucionarios, priorizó la posibilidad de solucionar el conflicto a través del diálogo.


El 12 de mayo, en el poblado Ghalachuj, se produjo el primer encuentro entre los representantes del Gobierno de Armenia Soviética –el Ministro de Justicia Ardashés Karinian- y del Ejército Rojo –Comisario de Brigada V. Melnikov- con los contrarrevolucionarios.


Sin embargo, las esperanzas de solucionar el conflicto por la vía pacífica se esfumaron rápidamente, quedando en evidencia que la FRA-Tashnagtsutiún simplemente pretendía ganar tiempo para poder recibir ayuda de los Estados europeos y las fuerzas contrarrevolucionarias, a fin de producir un nuevo levantamiento armado. Y así fue como el 15 de junio, mientras las negociaciones seguían en pie, los tashnag atacaron el poblado de Daralakiaz, provocando muertos y heridos entre los pobladores.


A pesar de esta nueva agresión, el gobierno armenio soviético insistió en su posición de lograr el desarme de las fuerzas contrarrevolucionarias sin derramar más sangre. El 19 de junio emitió un llamamiento público dirigido a los sublevados, invitándolos a deponer su actitud y someterse al único poder real existente en el país, al poder de los soviets.


Otra vez hubo demora en la respuesta y ante esto, el gobierno y el PC comenzaron a organizar sus fuerzas para desalojar a los contrarrevolucionarios. El 26 de junio las fuerzas revolucionarias liberaron Daralakiaz y entraron en Zanguezur. El 30, liberaron Sisian y presentaron un ultimátum a las fuerzas contrarrevolucionarias. Entre el 2 y el 7 de julio, el Ejército Rojo armenio liberó Gorís, Tatev y Ghapán. El 13 de julio las fuerzas revolucionarias ingresaron en Meghrí y lo que quedaba de los grupos antisoviéticos huyó del país por la frontera con Persia (Irán).


Este levantamiento armado, una verdadera aventura antipopular y contrarrevolucionaria puesta en práctica por la Federación Revolucionaria Armenia-Tashnagtsutiún, causó un enorme daño al país y otros cientos de revolucionarios, obreros y campesinos muertos, cuando lo que el pueblo necesitaba era paz y tranquilidad para rehacer su vida.


Una nueva etapa


La victoria definitiva lograda sobre las fuerzas contrarrevolucionarias le permitió al gobierno comenzar a proyectar la reconstrucción del país y su desarrollo socialista. Esos primeros años conducidos por el gran dirigente que fue Miasnikian, resultaron fundamentales para Armenia. Mientras continuaba la lucha contra los grupos sublevados, el gobierno de Armenia Soviética fue tomando decisiones importantes para el presente y futuro del país.


El 17 de mayo de 1921, un decreto del Comité Revolucionario de Armenia establecía el sistema público y gratuito de salud en el país. El 13 de julio, se creó la Dirección General de Asuntos Migratorios, cuya única misión fue asegurarle condiciones de vida dignas a los centenares de miles de refugiados llegados desde la Armenia Occidental, sobrevivientes del Genocidio Armenio. El 26 de julio, comenzó a funcionar un Fondo Especial para la entrega de alimentos a niños de hasta 3 años. El 21 de septiembre, se aprobó el decreto para erradicar el analfabetismo y, el 28, la reforma agraria.


También en septiembre se creó por decisión de Miasnikian el Comité de Ayuda a Armenia (HOK), cuya misión principal fue aunar esfuerzos entre Armenia y la diáspora para superar las dificultades imperantes en el país y organizar la repatriación de las miles de personas que deseaban establecerse en Armenia Soviética. Fue designado primer presidente de HOK el escritor Hovannés Tumanian, y a sus actividades se sumaron varios intelectuales y profesionales que habían regresado al país, acudiendo al llamado del presidente Miasnikian.

En 1924, HOK tenía filiales dentro de la URSS (Tiflis, Batum, Moscú y Bakú) y fuera del país de los soviets (Grecia, Francia, Estados Unidos, Bulgaria, Rumania, Siria y El Líbano).

Para destacar, sólo entre 1922 y 1925, años difíciles para la renaciente Armenia, llegaron para establecerse en el país casi veinte mil armenios provenientes, principalmente, de Irán, Siria, Turquía, Egipto, Grecia y Francia. Mayoritariamente fijaron residencia en Ereván, Leninakán y Echmiadzín. El gobierno les entregó casa, trabajo y tierras, para que se sumaran a la construcción de la patria socialista.


25.03.1925 Portada del diario "Avangard" anunciando la muerte de Miasnikian y sus camaradas

Es importante subrayar que el 11 y 12 de marzo de 1922, en Tiflis, se realizó la Conferencia de los Gobiernos de Armenia, Georgia y Azerbaiyán, donde se decide por unanimidad crear la Federación de Repúblicas Socialistas Soviéticas de Transcaucasia (Federación de Transcaucasia), y se elige a Alexander Miasnikian como su presidente.


El 30 de diciembre de 1922 se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), integrada por Rusia, Bielorrusia, Ucrania y Transcaucasia (Georgia, Azerbaiyán y Armenia), y Alexander Miasnikian es elegido miembro del primer Consejo de Presidencia (Presidium) de la Unión Soviética.


Conociendo un poco su pensamiento


Alexander Miasnikian perteneció a una camada de revolucionarios armenios que abrazaron el marxismo leninismo y entregaron sus vidas a la lucha por el comunismo, para construir un mundo sin explotadores ni opresores, con paz y amistad entre los pueblos. Al igual que Shahumian, Kamó, Derian, Lukashin, Khandjian y otros cientos y cientos de bolcheviques armenios, Alexander Marduní (como también se lo conocía) fue un internacionalista convencido y, también, dedicó su lucha a demostrar que los valores identitarios eran importantes para el desarrollo de cada colectivo nacional, pero no los nacionalismos transformados en ideologías racistas y separatistas, que servían para enemistar pueblos y enfrentarlos.


Cuando los enemigos del socialismo ya hablaban –como lamentablemente siguen haciéndolo hasta hoy- sobre que Armenia había perdido su independencia o que fue una colonia rusa a partir del 29 de noviembre de 1920, Misnikian respondía: "No resiste crítica la observación de los opositores al poder soviético, que escondidos en el extranjero afirman que no se debe hablar de la independencia de Armenia cuando las tropas rusas están allí. Las tropas rusas permanecen en Armenia no para satisfacer propósitos unilaterales, sino porque Armenia las necesita para poder construir una vida tranquila y pacífica. Y ese hecho no sirve para negar la independencia de Armenia, ya que Armenia desarrolla su cultura con sus propias fuerzas, de manera soberana".


En su escrito "La vieja y la nueva Armenia", publicado en el diario Jorhrtaín Haiastán (Armenia Soviética) el 28 de Noviembre de 1921, al cumplirse el primer año de socialismo en Armenia, el líder comunista armenio afirmó: "La Armenia de los depredadores y los irresponsables ya no existe, pasó y se convirtió en espuma sucia del hielo de la historia. Hay una nueva Armenia, soviética, de la clase trabajadora y los campesinos, que brinda a nuestro pueblo, a nuestros trabajadores armenios, turcos, griegos, rusos, yezidíes y kurdos, todas las condiciones para trabajar y desarrollarse a conciencia, tranquilos y en libertad".


El 11 de abril de 1922 se convocó al Primer Congreso de Armenios Occidentales, en el que mayoritariamente participaron sobrevivientes del genocidio armenio, que se habían refugiado en Armenia Soviética y en otras Repúblicas de Transcaucasia. Aliosha, el presidente querido por todos, expresó en su discurso: "Queridos hermanos tachkahai -lo que provocó un entusiasta aplauso de los presentes-, tenemos que solucionar nuestros problemas nosotros mismos, sería estúpido depender del extranjero. Las naciones pequeñas necesitan regular su situación dentro de su propio país para poder recuperarse lentamente. El gobierno de la Armenia Soviética está lidiando con este tema, porque hay más de medio millón de migrantes que deambulan por el mundo, queriendo tener tierras para volver a encender el fuego en sus hogares", señaló Miasnikian, expresando su deseo de transformar Armenia en la renacida patria de aquellos que lo perdieron todo durante el genocidio.


El 2 de mayo de 1922 en una nota en Jorhrtaín Haiastán, Miasnikian enfatizó: "Sólo ahora, Armenia está comenzando a respirar un poco. Armenia es independiente porque logró liberarse de sus propios contrarrevolucionarios y de los tiranos extranjeros". "Si el partido contrarrevolucionario armenio y los cerdos capitalistas europeos no estorban a los trabajadores de Armenia, mañana Armenia florecerá aún más, será más próspera y saldará sus propias deudas", detalló el revolucionario armenio.


Aliosha fue querido y respetado por hombres y mujeres de distintas nacionalidades, y amado por su propio pueblo, el armenio. Hasta el último momento fue coherente con aquellas banderas de lucha que transformó en la razón de su vida.

Por eso hoy, en una Armenia donde desde hace tres décadas se trata de imponer el anticomunismo y el antisovietismo -tergiversando y falseando la historia-, Miasnikian continúa de pie, firme, en pleno centro de la capital Ereván, como lo estuvo a lo largo de su vida. Él, un abanderado de la causa de los pueblos, quizá, nos está señalando que la única lucha que se pierde es la que se abandona, y que nosotros no nacimos para ser derrotados.


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