Armenia "aporta" al presupuesto estatal azerbaiyano

La compra de petróleo al Estado vecino demuestra la esencia del capitalismo y el menosprecio por los principios y los valores humanos. Sólo les importa hacer negocios y llenar sus bolsillos y cuentas bancarias.

Redacción NOR SEVAN

A partir de mañana se venderá la nafta azerbaiyana en las estaciones de servicio Ran Oil de Armenia.

Karen Hairiyan, director de Mega Trade, la empresa que compró la gasolina azerbaiyana, informó que la gasolina premium AI 95 se venderá a 440 drams. "Esto es significativamente más barato, ya que el precio actual de mercado de la gasolina premium es de 520 drams", aseguró Hayriyan.

Mega Trade forma parte de Grupo Sil, que es propiedad del diputado del gobernante Partido Acuerdo Cívico, Khachatur Sukiasian. La empresa adquirió unas 600 toneladas de gasolina premium azerbaiyana. El director de Mega Trade explicó que estas son relaciones de libre mercado y si se ofrece un precio competitivo, también están dispuestos a comprar gasolina regularmente.

En respuesta a las críticas dirigidas a la compañía de que al comprar gasolina azerbaiyana y venderla en Armenia enriquecen al adversario y arman a su ejército, Karén Hairiyan dijo que no está involucrado en la política, sino en los negocios. Y agregó que "Mega Trade tiene la intención de seguir comprando combustible azerbaiyano".

Algunas consideraciones

No es un secreto que las fuerzas armadas de Azerbaiyán mantienen actualmente ocupados varios cientos de kilómetros cuadrados del territorio soberano de la República de Armenia. Y esas fuerzas armadas financian su actividad a través del presupuesto estatal de Azerbaiyán. Ahora, parece que el gobierno de Pashinian resolvió comenzar a hacer su aporte a ese presupuesto, a partir de la compra de combustible a Azerbaiyán, financiando directamente a las fuerzas armadas de Azerbaiyán, que mantienen ocupados los territorios soberanos de Armenia.

A pesar de la retórica “pacifista” de las autoridades de Ereván, que con la complicidad de occidentalistas, panturquistas y sionistas intentan convencer al pueblo armenio de que “Armenia y Azerbaiyán están pasando de la guerra al entendimiento y a la cooperación económica”, la realidad es muy distinta.

En Bakú no sólo hablan de “Azerbaiyán Occidental” al hacer referencia a distintas regiones de Armenia, sino que mantienen en sus cárceles a decenas de prisioneros de guerra y a las ex-autoridades de Karabaj. Además, demuelen monumentos históricos armenios, destruyen estatuas y bustos de héroes de la URSS, transforman las iglesias en mezquitas, proyectan trasladar a Armenia a 300 mil azerbaiyanos para que se establezcan en distintas provincias, mientras que en varias de sus escuelas adoctrinan a los niños en el odio a los armenios, tal cual quedó registrado y documentado, y luego difundido por las redes sociales.

A pesar de todo esto, Pashinian sigue hablando de su amistad con Aliyev y Erdogán, y sobre la necesidad de reemplazar la amistad y la cooperación fraterna y de siglos con Rusia, por una nueva etapa de entendimiento y beneficios mutuos con el fascismo panturquista, con el sionismo y con los neonazis occidentales.