Declaración del Consejo Espiritual Supremo de San Echmiadzín
- Redacción NOR SEVAN
- 3 jun
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El máximo órgano colectivo de la Iglesia Apostólica Armenia, integrada por religiosos y laicos, emitió un documento oficial fijando posición sobre la situación generada a partir de los dichos del jefe del Gobierno de la república de Armenia.

Redacción NOR SEVAN
El 2 de junio, en la Santa Sede de Echmiadzin, bajo la presidencia de Su Santidad Karekin II, Patriarca Supremo y Katolikós de todos los Armenios, se convocó una reunión del Consejo Espiritual Supremo, con la participación de obispos y primados de Armenia y de la diáspora.
El Concilio deliberó sobre diversos temas, incluidos los desafíos que enfrenta la patria, las relaciones Iglesia-Estado y otros asuntos urgentes de interés público.
Se prestó especial atención a la reciente y vergonzosa campaña antieclesiástica impulsada por el Primer Ministro. En respuesta, el Consejo Espiritual Supremo emitió la siguiente declaración:
DECLARACIÓN
El Primer Ministro de Armenia ha lanzado otra campaña contra la Santa Iglesia Apostólica Armenia, utilizando un lenguaje impropio de un estadista, repleto de insultos y acusaciones, y situándose por encima de la ley.
Las publicaciones, saturadas de expresiones obscenas y retórica vulgar, violan las normas más básicas de civilidad, pisotean los derechos humanos fundamentales y ofenden gravemente los sentimientos religiosos de los fieles, todo ello bajo la apariencia de una preocupación fingida y pretextos artificiales.
Esta campaña antieclesiástica se rige por motivos políticos y representa un intento de socavar la imagen de la Iglesia armenia y su clero, quienes gozan de gran estima tanto en la vida nacional como en la comunidad internacional. Busca silenciar la voz de la Iglesia y reducir su influencia en la vida pública.
La conducta antieclesiástica del jefe de Gobierno y los procesos que ha iniciado contra los valores nacionales y la Iglesia, tienen consecuencias destructivas y representan una grave amenaza para el Estado armenio y la unidad de nuestro pueblo, tanto en la patria como en la diáspora.
Estas acciones fracturan la sociedad, socavan el espíritu de nuestra nación y erosionan la conciencia profundamente arraigada de la devoción patriótica, particularmente en estos tiempos de apremiantes desafíos nacionales.
Estas acciones reprochables sirven a las agendas de fuerzas antiarmenias externas, alimentadas por la armenofobia, y se alinean con las calumnias y acusaciones falsas lanzadas contra el pueblo armenio y la Iglesia armenia por el aparato de propaganda azerbaiyano.
Plenamente consciente de su misión sagrada, la Iglesia Armenia seguirá firmemente su vocación espiritual y nacional, oponiéndose firmemente a las fuerzas destructivas y defendiendo inquebrantablemente los más altos intereses de nuestra nación, Estado y valores sagrados.
Los asuntos de la Iglesia se rigen por cánones y reglamentos eclesiásticos y quedan fuera de la jurisdicción de las autoridades estatales y políticas.
La Santa Iglesia Apostólica Armenia constituye un todo unificado, que reúne a sus fieles, hijos e hijas y al clero devoto bajo el liderazgo del Katolikós de todos los armenios, elegido por la nación.
Instamos a las autoridades estatales competentes a detener las políticas ilegales y miopes del Primer Ministro. No hay justificación para involucrar a la Iglesia en agendas artificiales ni para provocar represalias.
Ante esta nueva prueba, hacemos un llamamiento a los fieles hijos de nuestra Santa Iglesia a permanecer unidos y con un solo espíritu, con lealtad tanto a nuestra patria como a la Santa Iglesia, y con fe inquebrantable para superar todos los desafíos que enfrenta nuestro pueblo, sin permitir jamás que tambaleen los cimientos de nuestra nación. Que estas indignas maquinaciones nunca se conviertan en motivo de desánimo ni tentación.
Elevamos nuestras oraciones a nuestro Señor Jesucristo para que la vida de nuestra patria no sea perturbada por fuerzas destructivas y para que nuestro pueblo, disperso por el mundo, viva en paz, prosperidad y progreso. Que el Señor preserve firmemente nuestro Estado armenio y bendiga a la Santa Iglesia Apostólica Armenia, la Santa Sede de Echmiadzin, y a todos sus fieles hijos.
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