El gobierno de Pashinian volvió a prohibir el ingreso de un armenio al país

El motivo de las prohibiciones no son la existencia de delitos en sus países de residencia, sino haberse manifestado en contra de la política del actual gobierno de Armenia.

Redacción NOR SEVAN

Uno de los hombres de prensa más importantes y populares de Rusia, dueño de grupo “News Media”, Aram Gabrelyanov, llegó ayer, miércoles 8 de marzo, al aeropuerto internacional Zvartnots, de Armenia, para participar de una conferencia especial para jóvenes periodistas.

Sin embargo, luego de hacerlo esperar algunas horas en el aeropuerto, le comunicaron que no estaba permitido su ingreso al país, ya que era considerada “persona no grata” por el gobierno liderado por Nikol Pashinian, para quien la presencia de Gabrelyanov “puede desestabilizar la situación interna del país”.

Ese no es el primer caso en el que descendientes de armenios que viven en distintos países se ven privados de visitar la Madre Patria. ¿Cuál es el delito que cometieron? Haber criticado al gobierno en general y al primer ministro, en particular.

Al regresar a Moscú, el periodista escribió en su muro de Facebook “sobre la conferencia fallida en Ereván” y se disculpó “con los jóvenes periodistas armenios reunidos allí”. “Hice lo mejor que pude, pero las autoridades armenias se asustaron sin razón. En realidad, no dejar que un armenio entre en Armenia, especialmente al que tiene doble ciudadanía, está más allá de toda lógica”, señaló Gabrelyanov.

“Por supuesto que sabía que Pashinian no era Batman, pero no esperaba que fuera tan mezquino y cobarde. De hecho, Armenia está siendo devorada por Turquía gracias a la traición y la calumnia. Hay un intento de destruir las relaciones fraternales con Rusia y el pueblo ruso. No es por nada, pero incluso los agentes de seguridad lo llaman el turco Nikol”, enfatizó el hombre de prensa, para quien no vale la pena rendirse porque “lo principal es que incluso el diez por ciento de los verdaderos armenios continúan la lucha por su patria”.

Para Gabrelyanov, no fueron pocos los “Nikol que pasaron por la milenaria historia armenia y se fueron”. “¡Todo va a estar bien!”, afirmó, agregando que comenzará una demanda contra el gobierno armenio y “los obligaré a dejarme entrar al país”.

“No se si Pashinian sabe quién es su bisabuelo, pero el mío fue el abad de la iglesia de Tatev. Y la basura no va a privarme de visitar la patria de mi padre”, subrayó sin tapujos el popular hombre de los medios de comunicación de Rusia.

Para acotar, queremos simplemente traer a la reflexión esta y otras realidades, para compararlas y poder darnos cuenta que muchas veces se escriben y dicen cosas que nada tienen que ver con la realidad y están muy alejadas de la verdad.

Por ejemplo, en Armenia Soviética, entre los miles de estudiantes de la diáspora que cursaban gratuitos sus estudios terciarios y universitarios en la república socialista, muchos eran dirigentes juveniles de los partidos armenios antisoviéticos. Sin embargo, a ninguno se le prohibió el ingreso al país y la oportunidad de recibir educación superior y convertirse en profesionales, para luego volver a sus países de origen y desarrollar allí sus vidas. Tampoco se armaban listas negras en los grupos turísticos y por esa razón muchos de los críticos implacables de la Armenia Soviética y de la URSS tuvieron la oportunidad de visitarlas y recorrerlas con total libertad.

Sin embargo, y a pesar de la realidad de Armenia y la armenidad, que nos abofetea todos los días, se sigue hablando de libertad, independencia, democracia y derechos humanos como valores recuperados por la tercera república, cuando en verdad fueron derechos de los que gozó el pueblo todo durante los setenta años de existencia de la República Socialista Soviética de Armenia.