Encuentro en Washington y una situación que se tensa aún más

La elección política del gobierno de Pashinian llevó al país a una crisis similar a la vivida hace cien años atrás, cuando los genocidas turcos y las potencias occidentales utilizaban a Armenia y a otros Estados nacientes, sólo para enfrentarlas a la Rusia Soviética.

Por Adrián Lomlomdjian

En el Día Internacional de los Trabajadores, se llevó a cabo en Washington la reunión trilateral entre el Ministro de Relaciones Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y el Ministro de Relaciones Exteriores de Azerbaiyán, Cheyhun Bayramov.

“Se discutieron la situación de la seguridad regional y las cuestiones de la normalización de las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán. Se abordó la situación humanitaria resultante del bloqueo ilegal del corredor de Lachin por parte de Azerbaiyán”, informó oficialmente el Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia en un comunicado difundido una vez finalizada la reunión.

Previamente, el Secretario de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, Antony Blinken, sostuvo reuniones separadas con Mirzoyan y Bayramov.

“Toda colaboración para resolver la situación entre Armenia y Azerbaiyán es bienvenida, pero solo sobre la base de los acuerdos trilaterales alcanzados por las partes con la Federación Rusa. No hay alternativa a ellos”, dijo Dmitry Peskov, secretario de prensa del presidente ruso, haciendo mención a la reunión llevada a cabo en los Estados Unidos.

Si bien en Ereván, el diputado oficialista Armán Yegoyan, del Partido Acuerdo Cívico, dijo que además de este encuentro en Washington, "los cancilleres tienen prevista otra reunión en Moscú", el clima político creado a partir de este encuentro en la capital de la potencia imperial que dice públicamente que “su principal enemigo es Rusia” -aliado estratégico de Armenia-, despertó no sólo malestar en otros países, principalmente en Rusia e Irán, sino también en amplios sectores de la sociedad armenia, que ven como la inseguridad crece en la medida que el país se aleja de sus aliados naturales y va quedando sola a merced de Azerbaiyán y Turquía.

La variante elegida por el actual gobierno de Armenia, la de aceptar jugar en el equipo de Occidente (Estados Unidos-Gran Bretaña-Unión Europea-OTAN), la pone enfrente de Rusia (su principal aliado), de Irán (su aliado en la práctica) y, también, de China, India y otros países, que junto a Moscú, intentan ponerle freno a la avanzada imperialista.

Quizás el por qué del encuentro en Washington, cuando Ereván y Bakú coinciden en que Karabaj es parte de Azerbaiyán -contradiciendo la voluntad del pueblo de Artsaj y pisoteando su derecho a la autodeterminación-, haya que buscarlo en algo que ambos quieren, pero no pueden llevar a la práctica. Parece ser que los Cancilleres Mirzoyan Bayramov no sólo están tratando en cómo avanzar en lo ya acordado respecto a lo que para Ereván y Bakú se trata de los derechos de “la minoría armenia de Azerbaiyán”, sino en que a ambos no les interesa la presencia rusa en Artsaj, y qué mejor que recurrir a Occidente para deshacerse de Moscú.

Resulta innegable que desde el advenimiento de Pashinian al gobierno, Rusia públicamente a enfriado y mucho su tradicional relación fraterna con Armenia. No fue casual ni arbitraria la decisión, ya que una y otra vez a lo largo de estos casi cinco años, las autoridades de Ereván se han encargado de golpear de distintas formas a su aliado estratégico y, al mismo tiempo, fueron construyendo relaciones y tejiendo acuerdos con Occidente, muchos de ellos contrarios a los intereses del pueblo armenio y al de sus Estados. No hace falta enumerar nada para sustentar lo dicho, sólo basta mirar la situación actual de Armenia y Artsaj para comprender de lo que estamos hablando.