Gaza: no es una guerra, es un genocidio contra el pueblo palestino
Amparándose en la lucha contra los grupos armados de HAMAS, el gobierno de Netanyahu asesinó en las últimas semanas a miles de palestinos, destruyó una sector importante de Gaza, fortalece y amplía la ocupación de territorios, comete crímenes de guerra y mantiene la habitual práctica genocida.
Por Adrián Lomlomdjian
Genocidio fue lo que hicieron los conquistadores en Nuestra América y también se le llama Genocidio a la campaña emprendida en nuestro país contra los pueblos originarios que lo habitaban. Genocidio fue el que llevó adelante el imperio otomano contra armenios, asirios, griegos pónticos y otros pueblos que habitaban lo que después se transformó en Turquía. Genocidio (holocausto incluido) cometió Hitler en su avanzada para conquistar Europa y apoderarse de la Unión Soviética.
También fueron genocidas las dictaduras militares, que estando al servicio de los principales grupos capitalistas de poder, se instalaron en varios continentes (principalmente en América Latina) persiguiendo, secuestrando, asesinados y apropiándose de los bienes particulares de las víctimas y de los bienes naturales y materiales de cada uno de esos países.
Genocida fue el gobierno Sudafricano del apartheid, que logró ser derrotado por la lucha revolucionaria del pueblo liderada por el Congreso Nacional Sudafricano y por Nelson Mandela.
Y genocida es Israel, que sostiene desde hace más de siete décadas una política colonialista de ocupación y exterminio sistemático del pueblo palestino.
El 7 de octubre de 2023, grupos armados de HAMAS irrumpieron en territorio ocupado por los israelíes, asesinando a cientos de militares y civiles, y llevándose como rehenes a algo más de doscientas personas, entre ellos colonos llegados de distintos países que se establecen en los nuevos territorios que Israel le usurpa y ocupa a Palestina.
Muchos aún se preguntan cómo fueron capaces de hacerlo sin ser detectados por la potencia regional que se jacta de ser pionera en la industria armamentista, informática y nen la tecnología relacionada a la seguridad. O sus inventos no son tan buenos o miraron para otro lado...
La reacción del desprestigiado y resistido internamente gobierno del fascista Benjamin Netanyahu no se hizo esperar. Lanzó -con la complicidad manifiesta de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Unión Europea y la OTAN- un ataque desproporcionado y criminal contra la población civil palestina que habita Gaza. Edificios particulares, escuelas, hospitales y centros comunitarios se convirtieron en "objetivos militares" de los nazi-sionistas.
El 15 de noviembre se cumplieron 40 días de bombardeos israelíes por aire, mar y tierra sobre Gaza. Desde el Hospital Al-Shifa, el Dr. Ghassan Abu Sitta, informó que recibieron "más de 20 heridas de balas en el pecho y el cuello disparadas desde drones cuadricópteros israelíes. Este es un dron francotirador que vuela bajo. Cuando se trata de matar, son muy innovadores".
El endurecimiento del discurso de la ONU ante lo que está ocurriendo se hizo evidente cuando, recientemente, el secretario general del organismo, Antonio Guterres, dijo sin vueltas que Gaza "se está convirtiendo en un cementerio de niños". "La pesadilla en Gaza es mucho más que una crisis humanitaria. Es una crisis de la humanidad", enfatizó Guterres.
Francesca Albanese, relatora de la ONU para Palestina, subrayó que "el tiempo para la acción es ahora. Los aliados de Israel también tienen responsabilidad y deben actuar ahora mismo para evitar este desastroso curso de acción". Albanese dijo que "Israel ha afirmado numerosas veces que tiene derecho a defenderse. Y los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, entre otros, también reiteraron en varias ocasiones que Israel tiene derecho a la autodefensa", pero aclaró que "el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas estipula que existe el derecho a la legítima defensa" cuando "el riesgo o el ataque debe emanar de un Estado, no de un grupo nacional o de un grupo de resistencia dentro del Estado. Así está consolidada la jurisprudencia del órgano judicial supremo de Naciones Unidas". De esta forma, la Relatora Internacional de la ONU dejó en claro que el argumento sostenido por Israel y sus aliados nada tiene que ver con lo que está sucediendo.
En un balance no definitivo, en el que las cifras se basan en los cuerpos que llegan a los hospitales, desde el 7 de octubre de 2023 hasta el momento, la agresión israelí contra el pueblo palestino en Gaza, Cisjordania y Jerusalén, dejó un saldo de 11 mil 517 muertos y más de 31 mil 700 heridos.
En Gaza hay 11.320 asesinados y más de 29 mil heridos y en Cisjordania y Jerusalén los muertos asesinados son 197 y más de 2.750 los heridos.
Del total de muertos, 4.630 son niños y bebés, 3.130 son mujeres y 682 adultos mayores. Aún, entre los escombros -con o sin vida- hay 3.250 personas en calidad de desaparecidas, entre ellos 1.700 niños y niñas.
El total de desplazados internos suma un millón seiscientas mil personas, de las cuales el 15% tiene una discapacidad. 117 mil desplazados encontraron albergue en establecimientos de salud, aunque 25 de los 35 hospitales de la Franja de Gaza ya se encuentran fuera de servicio, al igual que 55 ambulancias. En estos cuarenta días, 202 miembros del personal de salud fueron asesinados, al igual que 36 trabajadores y voluntarios de Defensa Civil y Rescate.
El 53% de las unidades de vivienda en la Franja de Gaza fueron destruidas, 278 escuelas fueron bombardeadas, al igual que 7 iglesias y 73 mezquitas.
El sábado pasado, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) informó que "militares israelíes disparan contra quienes intentan huir del hospital Al Shifa, el mayor Centro de Salud de la Franja de Gaza, que ha sido objeto de implacables bombardeos israelíes durante las últimas 24 horas". El hospital fue atacado varias veces, incluidas las secciones de maternidad y los ambulatorios, donde se han registrado muertos y heridos.
Según MSF, actualmente el hospital se encuentra abarrotado por cientos de pacientes, personal médico y alrededor de 15.000 desplazados internos. En el Centro no hay electricidad, ni agua ni oxígeno.
La Organización Mundial de la Salud se lamentó, informando públicamente que "la ayuda está fuera de nuestro alcance". Sus voceros dijeron que "hay casi 25.000 personas con lesiones traumáticas, y la mayoría son mujeres y niños", pero "los suministros médicos que pueden salvarlos se encuentran a sólo 20 minutos de distancia, sin poder cruzar la frontera de Rafah. Incluso si pudieran, los camiones dentro de Gaza se quedan sin combustible y no pueden
recogerlos".
La OMS afirmó que "más de la mitad de los hospitales de Gaza no funcionan debido a la falta de combustible, los ataques y la inseguridad. Los hospitales que permanecen abiertos apenas tienen suministros para realizar cirugías críticas, salvar vidas y cuidados intensivos". "Reiteramos: es necesario un alto el fuego inmediato, protección activa de los civiles, asistencia sanitaria y el respeto del Derecho Internacional Humanitario", enfatizó la Organización Mundial de la Salud.
El comisario general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) denunció a Israel por utilizar el combustible como arma de guerra. Philippe Lazzarini, advirtió que las operaciones de la institución que preside en la Franja de Gaza están al borde del colapso como consecuencia de la persistente agresión israelí. Cincuenta centros de la UNRWA fueron destruidos por la aviación israelí. Según Lazzarini, la población de Gaza sufre una situación humanitaria y sanitaria catastrófica con más de un millón y medio de personas desplazadas de sus hogares e "Israel las priva de suministros de alimentos, agua, medicinas, electricidad y combustible, en medio de intenso bombardeo".
