Llamamiento de los primados y consejos representativos de las diócesis armenias de Sudamérica
- Redacción NOR SEVAN
- 2 jun
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Los dichos del primer ministro Nikol Pashinian y de otros funcionarios del gobierno armenio han producido el rechazo, no sólo de las máximas autoridades de la Iglesia Apostólica Armenia, sino también de las mayoría de la ciudadanía del país y de las comunidades de la diáspora.

Redacción NOR SEVAN
Texto completo de la declaración pública difundida por los líderes religiosos, sacerdotes y consejos representativos de las Diócesis de la Iglesia Apostólica Armenia en Sudamérica:
"Con profunda preocupación y pesar, hemos recibido noticias de las recientes declaraciones y publicaciones del Primer Ministro de la República de Armenia y de las autoridades estatales, que contienen expresiones ofensivas dirigidas a la Santa Iglesia Apostólica Armenia, al Patriarca Supremo y Katolikós de Todos los Armenios, a nuestro clero, así como a los valores espirituales y nacionales de nuestro pueblo. Esta actitud no sólo menosprecia milenios de servicio espiritual de la Iglesia Armenia, sino que también socava los cimientos morales sobre los que se construye la unidad nacional del pueblo armenio.
A lo largo de los siglos, la Iglesia Madre ha sido el cimiento firme sobre el que nuestro pueblo se ha mantenido firme tanto en tiempos de paz como en tiempos de prueba. La Iglesia ha sido el puente que une nuestra cultura espiritual y nacional.
Nosotros, los primados de las diócesis armenias de Sudamérica y los miembros de los consejos representativos, condenamos enérgicamente cualquier palabra o acción que pueda socavar la confianza del pueblo en nuestras instituciones espirituales o devaluar el papel y la misión de la Iglesia.
Ante la dura realidad actual, cuando nuestra patria aún sufre las heridas de la guerra, cuando los armenios de Artsaj están desplazados y cuando la sociedad armenia se enfrenta a divisiones y crisis, la necesidad de unidad nacional es más apremiante que nunca. Dicha unidad solo puede lograrse mediante una relación respetuosa y responsable entre el Estado, la Iglesia y el pueblo.
Instamos a todas las autoridades públicas a que ejerzan moderación, civilidad y un alto sentido de responsabilidad en sus palabras y acciones. Crear división entre la Iglesia y el Estado sólo debilitará y desunirá nuestra Patria Armenia, consagrada con la sangre de nuestros mártires.
Preservad esta sagrada institución que durante siglos ha estado al lado de cada armenio como una Madre. Que la fe se fortalezca sobre sus cimientos, que el pueblo viva en su santidad y que el Estado sea iluminado por su luz moral.
Unidad al pueblo armenio, sabiduría a las autoridades y firmeza inquebrantable a nuestra Santa Iglesia".
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