Medvedev: "Están mirando a otras repúblicas del espacio postsoviético, en particular, a Armenia"
Según el número dos del oficialismo ruso, "la lucha contra el neocolonialismo no es una confrontación eterna por el simple hecho de confrontarse", sino que "se trata, ante todo, de un movimiento hacia la soberanía civilizatoria", sin la cual "los países del siglo XXI aguardarán la degradación y la ruina".
Redacción NOR SEVAN
En un extenso artículo publicado hoy en Rossiyskaya Gazeta, Dmitry Medvedev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia y presidente del gobernante Partido Rusia Unida, reflexiona sobre la situación actual en el mundo y hace historia sobre el intervencionismo pasado y presente de las potencias occidentales, particularmente en su rol imperialista y sumando colonias.
El artículo se titula “Se acabó el tiempo de las metrópolis” y Medvedev enfatiza que “la humanidad debe, finalmente, deshacerse del legado del sistema colonial”.
En uno de los párrafos hace mención a Armenia y señala:
“Las metrópolis ya están mirando a otras repúblicas del espacio postsoviético, en particular a Armenia. La amistad centenaria entre los pueblos ruso y armenio, fortalecida por las relaciones aliadas dentro de la OTSC y la UEEA, se ha convertido desde hace mucho tiempo en una espina clavada en las costillas de Washington y sus aliados, lo que se han desplegado importantes fuerzas para arrastrar a la república transcaucásica al campo euroatlántico. No en vano, en su capital se encuentra una de las embajadas estadounidenses más grandes del mundo.
Estamos viendo cómo los emisarios de los Estado Unidos, la Unión Europea y la OTAN se están convirtiendo cada vez más en invitados frecuentes en Armenia, repartiendo generosas promesas a diestra y siniestra. A esta república se le ofrecen, por supuesto, montañas de oro, incluida la membresía en la Unión Europea, a cambio de una lealtad total. Pero no se engañen: tales promesas son sólo cebo en una ratonera neocolonial.
Nadie tiene la intención de abrirle al pueblo armenio las puertas del club de la élite. Y si no, pregúntenle a los neo-banderistas ucraniano si lograron ingresar en la Unión Europea. No, y tampoco lo harán pronto. O que miren a Georgia, donde recientemente se aprobó una ley que no es del agrado de los Estados Unidos ni de la Unión Europea. ¿Y qué hicieron? La sancionaron.
La Resolución sobre el Fortalecimiento de las Relaciones entre la UE y Armenia, adoptada por el Parlamento Europeo en marzo de 2024, es en realidad un papel normal y corriente, que no contiene obligaciones”.
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