Mensaje navideño del Papa Francisco
Hizo mención a la difícil situación mundial y pidió por la paz. Habló de los pueblos que son víctimas de las guerras y de las políticas económicas, y oró para que "los desplazados retornen a sus hogares", al hacer referencia al conflicto de Nagorno Karabaj.
Redacción NOR SEVAN
Al mediodía del 25 de diciembre, el Papa Francisco, máxima autoridad religiosa católica y una de las personalidades más influyentes del mundo, se dirigió a los fieles y a todas las personas de buena voluntad con el tradicional mensaje Urbi et Orbi y, después de leer la oración “Ángel del Señor”, pronunció un bendición apostólica solemne.
En su mensaje, dijo llevar en su corazón “el dolor por las víctimas del horrible ataque del 7 de octubre” en Israel y llamó a liberar de manera urgente a quienes “aún están retenidos como rehenes” por el grupo armado palestino Hamás. Francisco también pidió “que se pongan fin a las operaciones militares” que el gobierno israelí lleva adelante en Gaza, que causan “terribles consecuencias en términos de víctimas entre civiles inocentes”, y oró para que se permita la llegada de ayuda que permita paliar en parte la desesperada situación humanitaria que allí se vive. El Papa Francisco pidió que “cese la incitación a la violencia y al odio” y que “el problema palestino se resuelva mediante un diálogo sincero y persistente entre las partes”. “Hermanos y hermanas, oremos por la paz en Palestina e Israel”, subrayó el líder espiritual de la católicos.
El Papa resaltó que sus “pensamientos están con el pueblo de la atormentada Siria”, que piensa “en el amado pueblo libanés” y reza para que encuentre rápidamente la estabilidad política y social en Medio Oriente y para que haya paz para Ucrania.
Francisco le dedicó un párrafo especial a la situación en el Cáucaso y al pueblo de Artsaj. “Que se acerque el día de la paz definitiva entre Armenia y Azerbaiyán. Que esto se vea facilitado por iniciativas humanitarias, el regreso de las personas desplazadas a sus hogares de manera legal y segura, así como el respeto mutuo por las tradiciones religiosas y los lugares de culto de cada comunidad”, enfatizó el Papa.
