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El comunista que sobrevivió al genocidio armenio y se convirtió en Héroe Nacional de Francia

Misak Manushian, el combatiente inmortal, ejemplo de sucesivas generaciones que continúan su lucha en Francia, Armenia, Argentina y en cada rincón del planeta.

Por Adrián Lomlomdjian


Adiyaman es en la actualidad una hermosa ciudad cercana al Río Yeprad -capital de la provincia que lleva el mismo nombre-, rodeada de una envidiable naturaleza, al sureste de Turquía, con una población de aproximadamente 350 mil habitantes.


Este remoto poblado -una aldea a principios del siglo veinte-, de pronto, a partir de mediados del mismo siglo, se transformó en el centro del interés, no sólo de los franceses, sino también de toda la armenidad, ya que allí había nacido un hijo heroico del pueblo armenio, convertido en Héroe Nacional de Francia: Misak Manushian.


Héroe de la resistencia antifascista francesa, Misak Manushian nació el 1 de septiembre de 1906 en el seno de una familia de campesinos armenios en la por entonces pequeña aldea de Adiyaman, en Turquía.


Su personalidad futura la forjó en base a sus vivencias en su pueblo natal, allí donde sufrió las injusticias de quienes ocupaban su tierra. Y lo mismo le tocó vivir en su juventud, en la Francia ocupada por las fuerzas nazis. Su extraordinario humanismo, su voluntad combativa, sus convicciones solidarias e internacionalistas, sus creaciones literarias, todo ello estaba impregnado de sus vivencias pasadas y de su inquebrantable creencia de un mundo justo, socialista.


Misak, fila 3 (abajo), el tercero desde la derecha

Teniendo tan sólo 9 años, Misak vivió en carne propia lo mismo que la mayoría del pueblo armenio occidental: el sanguinario yatagán otomano arrasó con su familia y sus parientes, dejándolo sólo con su hermano Garabet como parte de una caravana de refugiados que eran trasladados desde sus tierras natales hacia lo desconocido. Misak y Garabet terminaron su recorrido en el hogar de huérfanos armenios del poblado libanés de Jounieh, donde cursó sus estudios primarios.


En 1924 trasladan a ambos hermanos a Marsella, donde Misak aprendió el oficio de carpintero, trabajando día y noche en los empleos más variados. Más tarde ambos siguen viaje hacia París, donde Garabet cae enfermo y su hermano tiene que trabajar para que ambos puedan sobrevivir en medio de la crisis y el desempleo masivo. Encuentra empleo como tornero en Citroen, pero Garabet muere en 1927 y Misak es despedido de la fábrica dos años después, al estallar la gran crisis económica del capitalismo.


Misak junto su hermano Garabet

Con su soledad a cuestas, Misak salió a enfrentar la vida en una gran ciudad que para él se había transformado en un difícil escollo a superar. Los años vividos en Francia fueron de una maduración constante, años de luchas permanentes. Trabajando en una fábrica textil y luego en la "Citroen", se relacionó estrechamente con los trabajadores y su lucha en defensa de sus derechos. La serie de poemas "El llamado de las masas", "Desempleados" y "Lucha", entre otros, son la muestra de su formación y definición política e ideológica, y del compromiso asumido con la lucha de la clase trabajadora.


Pero había también otra fuente fundamental que definió la entrega total de la vida de Misak Manushian a la causa de la justicia, la libertad y la igualdad. Esa fuente que nutrió al héroe fue la República Socialista Soviética de Armenia, la Renacida Madre Patria de todos los armenios, como solía llamársela por entonces. Frente a su exterminada y perdida tierra natal, allí estaba de pie y en desarrollo constante Armenia, que se había transformado en nutriente de sus hijos sobrevivientes y desparramados por el mundo entero.


Y fue así como en la década de los treinta, el joven Misak decidió entregarse por entero a los ideales que sostenían el proceso de renacimiento y desarrollo de la Madre Patria. Se incorpora activamente a los trabajos de HOK (Comité de Ayuda a Armenia). En sus editoriales en el semanario "Zankú", dirigido por él, explicaba la importancia de la existencia de la Armenia Soviética para los armenios del extranjero y para los trabajadores del mundo, enumeraba sus logros y llamaba a sumarse a la lucha para construir el socialismo en su país.


La crisis y la falta de empleo fijo no logran quebrar a Manushian, ya que era un joven con profundas inquietudes intelectuales y aprovechó el ocio forzoso para leer y estudiar. Frecuentó la universidad obrera de París -creada por la Central General de Trabajadores (CGT)-, en la que -entre otros- impartía lecciones el filósofo comunista George Politzer.


Junto con su amigo armenio Semma, fundó dos revistas literarias, primero Chank (Esfuerzo) y luego Mshagüit (Cultura), donde publican artículos sobre literatura francesa y armenia, y traducen poemas de Baudelaire, Verlaine y Rimbaud al armenio. Ambos amigos se inscriben como oyentes en la universidad de la Sorbona y siguen cursos de historia, literatura, filosofía y economía.


En 1934 se afilia al Partido Comunista de Francia.


Así era Manushian, poeta y combatiente, comunista, en primera fila a la hora de la lucha de clases y de la defensa de la Renacida Madre Patria. Así era él cuando las fuerzas hitlerianas atacaron Europa, ocuparon Francia, Polonia y Checoslovaquia, y luego invadieron la Unión Soviética.


En un primer momento, los armenios de la diáspora quedaron casi inmóviles ante el temor de una nueva desgracia. Pero rápidamente, la mayoría concentró todas sus fuerzas en la ayuda a Armenia, ya que decenas de miles de sus hijos junto a centenares de miles de hijos de otras nacionalidades de la URSS, habían marchado a los campos de batalla para combatir a la bestia parda que amenazaba con dominar y esclavizar al mundo entero. La diáspora se movilizó y puso gran parte de sus posibilidades materiales al servicio de quienes combatían al fascismo. Y Manushian fue de aquellos quienes decidieron pelear con las armas en la mano, codo a codo junto a sus hermanos de Armenia y la URSS. Golpear al mismo enemigo, sea en Francia, Grecia o en cualquier otro lugar, significaba luchar al lado de los combatientes soviéticos contra la sanguinaria maquinaria fascista.


Cuando en septiembre comienza la caza de los comunistas franceses, Manushian es detenido en una redada e internado en el campo de concentración de Compiègne, del que es liberado después de algunas semanas. Francia había caído bajo las garras nazis, pero el pueblo no se dio por vencido. Dirigido por el Partido Comunista de Francia nació y se desarrolló un poderoso movimiento de resistencia, que a través de sus grupos de partisanos golpeaba una y otra vez a las fuerzas invasoras. Misak Manushian formaba parte de este movimiento y en reconocimiento a su arrojo y entrega, fue nombrado Comandante de las Brigadas Internacionales.


Ya no era poeta, sino soldado y comandante al mismo tiempo, y junto a sus hombres causaban numerosos daños a los trenes, a los depósitos de armas y a las caravanas de camiones que trasladaban a los fascistas. Bajo la consigna "Muerte a los fascistas", sus brigadas se lanzaban a las más audaces operaciones militares. El Gobierno títere de Francia y los ocupantes nazis lanzaron el recordado "afiche rojo", por el cual pedían colaboración para capturar a Misak Manushian y sus camaradas.


Los rostros sedientos de sangre de los nazis le recordaban a las criminales hordas hamidianas, de los jóvenes turcos y kemalistas, que con el yatagán habían decapitado a su padre y condenado a muerte por hambruna en el desierto a su joven madre y a los demás sobrevivientes de su familia. Los fascistas le recordaban a aquellas bestias que habían concretado el genocidio de su pueblo y el de otros pueblos, como el asirio, el griego y otros que habitaban el imperio otomano. Y ahora tenía la oportunidad de vengar aquella tragedia sufrida por su pueblo y de luchar por el país que lo había cobijado, llevando al mismo tiempo su contribución a la lucha del pueblo soviético.


Manushian no dudaba de la victoria y soñaba abrazarse con los soldados soviéticos en la marcha triunfante hacia Berlín. Soñaba con ir a la Armenia Renacida y retomar allí su obra literaria, trabajar y crear para su pueblo...

Pero el vil dedo de la traición truncó los sueños de Misak y 22 de sus internacionalistas camaradas. La Gestapo, que durante mucho tiempo estuvo atrás de aquellas brigadas internacionales que tanto daño les causaban, sometió a cruentas torturas a Manushian y a sus hombres, sin obtener ningún dato que delatara la actividad de sus brigadas. A Manushian lo acusaban personalmente de 56 atentados contra objetivos nazis, 150 muertes y 600 heridos.


El 21 de Febrero de 1944, Manushian y sus compañeros son fusilados en Monvallery. Quienes fueron testigos cuentan que Misak se mantuvo firme, con la mirada alta, que parecía destellar luz. Antes de morir ya había dejado su último deseo: "Felicidad para las generaciones venideras". El era un convencido que no odiaba a los alemanes, sino a los fascistas, ya que eran éstos los portadores de la barbarie genocida.


A pesar de los esfuerzos realizados por los nazis y sus aliados locales para presentar a Manushian y sus internacionalistas como "criminales extranjeros", el pueblo francés siempre conoció la verdad y reconoció su entrega nombrándolo Héroe Nacional de Francia y honrando permanentemente su memoria.


El internacionalmente célebre cantautor franco-armenio Charles Aznavour, le contó al diario comunista francés “L’Humanite” sobre la relación que unió a sus padres y su familia con Misak y Meliné.


“Siempre tuvimos personas como Misak y Meliné a nuestro alrededor. Hay un club llamado JAF, la Juventud Armenia de Francia, del cual Meliné era secretaria. Ambos eran huérfanos, se habían conocido y convertido en una pareja real, totalmente comprometida con el Partido Comunista, y eso también involucraba a mi familia”, contó Aznavour, detallando algunas acciones realizadas por su madre en colaboración con la Resistencia y recordando las numerosas redadas que se hicieron en su hogar buscando a los antifascistas. También comentó que cuando Misak visitaba su casa, generalmente era porque estaba descansando, sin una tarea y “se entretenía enseñándome a jugar al ajedrez”.


Aznavour dijo que vivían en un edificio sobre la calle Navarin número 22 y que allí cayeron víctimas de los nazis un matrimonio de origen judío que vivía en la planta baja y otro armenio, de apellido Arslanian, todos miembros del Partido Comunista.

Antes de ser fusilado, Manushian se despidió de su amada esposa Meliné, con una carta personal en la que reafirmó sus convicciones, sus ideales y su lucha por un mundo sin explotadores ni explotados, por la paz y la amistad entre los pueblos.


“Prisión de Fresnes (Seine) 21 de febrero de 1944,

Mi Querida Meliné, mi amada,

Dentro de unas horas, ya no estaré en este mundo. Vamos a ser fusilados esta tarde, a las 15 horas. Esto es un accidente de la vida, parece mentira, sin embargo sé que ya no te veré nunca más.

¿Qué puedo escribir? Todos es confuso en mí y muy claro al mismo tiempo. Entré en el ejército de liberación como soldado voluntario y muero muy cerca ya de la victoria y del objetivo. Felices aquellos que van a sobrevivirnos y disfrutar de la dulzura de la libertad y de la paz de mañana. Estoy seguro de que el pueblo francés y todos los combatientes de la libertad sabrán honrar nuestra memoria dignamente. En el momento de morir, declaro que no tengo ningún odio contra el pueblo alemán ni contra nadie, cada uno tendrá lo que merezca como castigo o como recompensa. El pueblo alemán y todos los pueblos vivirán en paz y en fraternidad después de la guerra, que ya no durará mucho tiempo. Felicidad para todos… Tengo un pesar profundo por no haberte hecho feliz, habría querido un hijo tuyo, como tú siempre querías. Te ruego por tanto que sin falta te cases después de la guerra y que tengas un hijo para mi felicidad, y para cumplir mi última voluntad. Cásate con alguien que pueda hacerte feliz. Todos mis bienes y todas mis cosas, te las dejo a ti, a tu hermana y a mis sobrinos. Después de la guerra, podrás hacer valer tu derecho a una pensión de guerra como mi esposa, porque muero como soldado regular del ejército francés de la liberación.

Con la ayuda de amigos que querrán honrarme, harás editar mis poemas y mis escritos que merezcan ser leídos. Dales recuerdos míos, si es posible, a mis padres en Armenia. Moriré con mis 23 camaradas muy pronto, con el valor y la serenidad de un hombre que tiene la conciencia muy tranquila pues, personalmente, no he hecho mal a nadie y si lo he hecho, lo hice sin odio. Hoy, hace sol. Mirando al sol y a la bella naturaleza que tanto he amado, diré adiós a la vida y a todos vosotros, mi muy querida esposa y mis muy queridos amigos. Perdono a todos los que me han hecho daño o que hayan querido hacérmelo, salvo al que nos ha traicionado para salvar su piel y a los que nos han vendido. Te abrazo muy fuerte, a tu hermana y a todos los amigos que me conocen mucho o poco, os abrazo a todos de todo corazón.

Adiós.

Tu amigo, tu camarada, tu marido. Manouchian

Posdata : tengo quince mil francos en la maleta de la calle Plaisance. Si puedes, cógelos, salda mis deudas y dona el resto a Armenia Soviética.”


Misak Manushian, sobreviviente del genocidio armenio, comunista, antifascista, Héroe Nacional de Francia.

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