Pashinian y la OTSC: una nueva provocación contra Rusia
El primer ministro Nikol Pashinian aprovechó el encuentro panarmenio para hacer gala de su occidentalismo militante y para volver a cuestionar -sin ningún sentido ni razón- a Rusia, que aún sigue siendo el aliado estratégico de Armenia.

Redacción NOR SEVAN
El pasado miércoles 18 de septiembre, el primer ministro armenio Nikol Pashinian volvió a atacar públicamente a Rusia. Y para hacerlo, eligió la reunión de apertura de la conferencia panarmenia que se realizó en Ereván, a la que asistieron cerca de un millar de personas, en su mayoría provenientes de las distintas comunidades armenias.
Cuando durante su intervención en el encuentro trató de justificar el congelamiento de la participación de Ereván en la alianza militar OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva), lo hizo diciendo que, supuestamente, dicha organización crea amenazas a la soberanía de Armenia. Y no sólo eso, también declaró que existe un punto de no retorno en su relación con la OTSC, organización que incluye, además de Armenia, a Rusia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán.
“Hemos congelado nuestra participación en la OTSC no sólo porque la OTSC no cumple con sus obligaciones de seguridad hacia Armenia, sino también porque, en nuestra opinión, la OTSC plantea amenazas a la seguridad, la existencia futura, la soberanía y la condición de Estado de Armenia”, afirmó -mintiendo descaradamente- Pashinian, sin explicar en qué consisten esas “amenazas” y sin dar ningún ejemplo concreto.
Estos dichos del primer ministro de la República de Armenia, pronunciados en un encuentro con integrantes de las distintas comunidades armenias de la diáspora, deben ser repudiados inmediatamente. Y también, desde nuestros espacios institucionales y los medios comunitarios, debemos responder a esta nueva provocación del gobierno de Pashinian, que con total desvergüenza trata de crear un potencial enemigo donde no lo hay, mientras cierra filas y estrecha relaciones con los adversarios históricos del pueblo armenios. Queda claro que para Pashinian el enemigo es Rusia y no Azerbaiyán, Turquía, Israel y Occidente. Ellos son sus "nuevos socios".
“Ningún peligro para la soberanía de Armenia puede provenir de la OTSC. Al contrario, esta organización protege la soberanía de los Estados miembros”, afirmó el secretario de prensa de la presidencia rusa. Dmitri Peskov, quien agregó que “su país continuará explicando pacientemente esta posición a los dirigentes armenios”.
Por su parte, la representante oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, dijo que hay una respuesta histórica a las supuestas dudas de Ereván sobre la sinceridad de las intenciones de Rusia en las relaciones con Armenia: Moscú ha acudido muchas veces al rescate, la ha defendido y ha hecho esfuerzos para detener el derramamiento de sangre, incluso a costa de la vida de varios militares rusos.
“Me parece que estas declaraciones contradicen el sentido común y la realidad”, enfatizó Zajárova.
“Si algo los amenaza, especialmente en lo que respecta a la seguridad nacional, ¿por qué todavía permanecen como miembros de esa organización que supuestamente los amenaza?”, preguntó públicamente la representante de la cancillería rusa.
El primer vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma Estatal de la Federación de Rusia, Alexey Zhuravlev, no dudó en afirmar que el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, está, a instancias de Occidente, empujando a su país hacia un abismo económico, social y militar.
“Estoy seguro de que incluso ahora la mayoría de la población de Armenia trata a los rusos con gratitud y respeto. Pero no puedo decir lo mismo de la élite armenia liderada por Pashinian. Sus amos occidentales simplemente están empujando a su Estado hacia el abismo económico, social y militar”, declaró Zhuravlev, para quien el rol de Pashinian es convertir a Armenia en otro “misil dirigido contra Rusia”.
Recordemos que el viceministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Mijaíl Galuzin, había afirmado que Occidente fue quien presionó a las autoridades armenias para que congelaran su participación en la OTSC.
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