¿Por qué se tensaron las relaciones entre Armenia y Bielorrusia?

Las malas relaciones entre Pashinian y Lukashenko, además de la intromisión de Occidente, llevaron a un nivel impensado los tradicionales lazos de amistad entre dos pueblos fraternos.

Redacción NOR SEVAN

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia, Ani Badalian, informó a través de su página de Facebook, que la Cancillería ha presentado una declaración de protesta a la parte bielorrusa.

“Se ha presentado una declaración de protesta a la parte bielorrusa por los comentarios del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores bielorruso del 13 de junio, en particular por la injerencia en los asuntos internos de la República de Armenia. Queremos agregar, que al enviar sus deseos para que Armenia tenga un líder que piense en el futuro del país, el solicitante debe tener el suyo propio, y en el caso de Bielorrusia, en este momento esto es realmente una extravagancia", indica la nota de protesta.

Recordemos que Anatoly Glaz, secretario de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Bielorrusia, había dicho: “Es importante entender que tenemos relaciones estrechas y amistosas a largo plazo y una historia común con Armenia. Hoy también tenemos un comercio mutuamente beneficioso, así como estrechos contactos comerciales. No vamos a empeorar esas relaciones, por mucho que los actores externos presionen a los dirigentes armenios para que lo hagan. Nunca hemos hecho nada que pueda dañar a nuestros amigos, no interferimos en los asuntos internos, respetamos al pueblo armenio y deseamos sinceramente líderes que realmente piensen en el futuro del país y el bienestar del pueblo”.

Es este último texto, supuestamente "ofensivo", el que generó la “ira” del gobierno armenio, que dejó en claro quién maneja los hilos de sus movimientos. La prueba evidente es que esta sucesión de ataques contra Bielorrusia comenzó con la llegada a Ereván del Subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, James O'Brien, quien junto a su operadora en el Cáucaso, la embajadora de Estados Unidos en Armenia, Christina Quinn, participó de la sesión de la Comisión para el diálogo estratégico entre Armenia y Estados Unidos. No caben dudas que los funcionarios yanquis trajeron consigo la nueva etapa de la hoja de ruta elaborada por Washington -con la complicidad de la UE y la OTAN- para Armenia.

La reacción de Bielorrusia fue llamar a consultas a su embajador en Ereván.

“Todos vemos lo difícil que es la situación política interna en Armenia hoy en día, cómo la confrontación dentro del país se está agravando rápidamente. Y cada persona, por supuesto, tiene una resistencia diferente a las tensiones emocionales graves. Podemos entenderlo. Pero no entendemos aún qué tiene que ver Bielorrusia con ésto”, señaló el vocero de la Cancillería de Minsk.

Según él, el representante de la Embajada de Armenia fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores para intentar aclarar la cuestión, subrayando que “si alguien en Armenia decide desviar la atención de los problemas internos con la imagen de un enemigo exterior, está adoptando una postura muy miope”.

Las relaciones entre Armenia y Bielorrusia no se merecen esta situación

“Ha surgido una situación bastante desagradable. Creo que las relaciones entre Armenia y Bielorrusia, que siempre han sido de alto nivel, no merecen haber llegado a este estado”, afirmó Grigor Balasanian, profesor adjunto de la Cátedra de Relaciones Internacionales y Diplomacia de la Universidad Estatal de Ereván.

Según él, “las declaraciones insultantes hablan de las relaciones personales entre Pashinian y Lukashenko, que no tienen nada que ver con las relaciones entre Estados y, mucho menos aún, con las relaciones entre los pueblos”, dijo en línea con lo afirmado por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Bielorrusia.

Para Balasanian, por más que intenten presentarlo así, la razón del enojo del gobierno armenio “no fue que Lukashenko visitara Shushí como jefe de un país miembro de la OTSC, sino las declaraciones que hizo allí”. Y por otra parte, dijo el profesor universitario, la reunión en Bruselas entre el presidente de la Asamblea Nacional de Armenia, Alen Simonian, y la opositora bielorrusa apadrinada y financiada por Occidente, Svetlana Tikhanovskaya, fue un golpe bajo dirigido a Lukashenko. “Creo que aquí hemos mostrado descuido, lo que ha motivado el desarrollo no deseable de estas relaciones”, afirmó.

“Las relaciones entre los Estados y los pueblos no se benefician con declaraciones de estas características. Esta forma de trabajar es inadmisible. Ambas partes deben relajarse y juzgar con seriedad cómo salir de esta situación. Sólo necesitamos voluntad y deseo políticos, así como no escuchar a los mediadores, a terceros países que por sus propios intereses están apostando al deterioro de las relaciones entre Armenia y Bielorrusia”, puntualizó Grigor Balasanian.

Para él, resulta evidente, que la tensión en las relaciones entre Ereván y Minsk comenzó después del desembarco en Armenia de la delegación del Departamento de Estado. “La embajadora de Estados Unidos en Armenia también desempeña aquí un papel irrevocable”, dijo Balasanian, asegurando que “estas no son meras coincidencias”. Y aclaró: “El 11 de junio, James O'Brien, subsecretario de Estado de los Estados Unidos para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, estuvo en Armenia y se reunió con Nikol Pashinian. Después de esta visita comenzaron los tiroteos diplomáticos armenio-bielorrusos, pero Lukashenko hizo sus declaraciones en Shushí hace unas cuatro semanas. ¿Qué pasó para que después de cuatro semanas estén haciendo declaraciones de esta naturaleza?”, se preguntó Balasanian.