Urge mejorar las condiciones de vida en las aldeas fronterizas de Armenia
A los muy bajos índices de crecimiento demográfico que tuvo Armenia durante las últimas tres décadas, se suma la emigración permanente, principalmente desde los poblados del interior del país.
Redacción NOR SEVAN
Según datos suministrados por el Comité Nacional de Estadísticas de Armenia, en 2020 se registró una disminución significativa en la tasa de natalidad en todas las regiones del país.
Una nota publicada hoy por la agencia de noticias Spuntnik-Armenia hace referencia a los problemas demográficos en las comunidades rurales y las formas de resolverlos.
Según el demógrafo Artak Markosian, "en las aldeas de Armenia el número de niños nacidos es menor que en las ciudades. Esto indica una profunda crisis en los pueblos, de la que es necesario salir lo antes posible".
Según el profesional, "los problemas demográficos plantean una amenaza particular en los asentamientos fronterizos, donde ahora el tema de la seguridad se sumó a los problemas socioeconómicos, educativos y culturales ya existentes. Entonces, las personas comienzan a perder la esperanza respecto al futuro y abandonan sus tierras de origen".
Markosian citó como ejemplo la situación en las comunidades Barekamavan y Voskepar, ambas de la región de Tavush. La primera comunidad está casi completamente vacía y la segunda está en camino a ello. Sin embargo, en Barekamavan se pueden cultivar jugosos higos y caquis, hasta plátanos. Pero la falta de agua de riego y de condiciones que garanticen la vida normal de sus habitantes (no hay calefacción), hace que la gente emigre y muestra la inoperancia de los sucesivos gobiernos armenios. "Las aldeas están siendo devastadas. No queda nadie en Barekamavan", sentenció.
Markosian también dio detalles sobre algunas de las consecuencias directas de la guerra que muchas veces no se tienen en cuenta, ya que mayoritariamente centramos nuestra atención en las pérdidas humanas, los muertos, los heridos, los que quedan que algún grado de incapacidad, los desaparecidos, los prisioneros de guerra.
Según él, todos los jóvenes de Voskepar quieren irse a Rusia, porque aquí no tienen una fuente de ingresos estable. Finalizada de la guerra, Siunik corrió el mismo destino de Tavush. Después de la pérdida de Kovsakan (Zangelan) y Sanasar (Kubatlu), los campesinos de Shurnukh y Vorotan, dedicados a la cría de ganado, perderán su principal fuente de ingresos y ahora se ven obligados a emigrar o trasladarse a otras regiones de Armenia.
Para Markosian resulta fundamental crear condiciones favorables para que la población pueda trabajar y obtener ingresos que le permitan vivir bien. Dijo que se debe fomentar la maternidad, para que las comunidades rurales de la Armenia de posguerra no se conviertan en islas deshabitadas. Y propuso aplicar programas para el arrendamiento de tierras y la compra de equipos agrícolas y materias primas, establecer exenciones fiscales y proporcionar paneles solares.
"Necesitamos mejorarlo todo para que la gente se quede en el pueblo, para que trabaje y reciba los ingresos necesarios. También es necesario cambiar las condiciones de vida, la calidad de la educación en los jardines de infantes y en las escuelas, crear centros culturales y de esparcimiento, que las familias deseen quedarse. Hoy, lamentablemente, los pueblos armenios se están muriendo", afirmó el demógrafo.
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