Mirzoyan no participó de la Cumbre de Cancilleres de la CEI
El gobierno armenio continúa su "acercamiento carnal" hacia Occidente, mientras la realidad la muestra cada día más aislada de todos y desprotegida.
Redacción NOR SEVAN
El Canciller armenio Ararat Mirzoyan no participó en la sesión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI, ex URSS), que se celebró el viernes 12 de abril, en Minsk, Bielorrusia. Sin embargo, Armenia estuvo representada por el Viceministro Mnatsakan Safarian.
Safarian presentó la posición de la parte armenia sobre los temas del orden del día de la reunión.
En el contexto de la realización del potencial de interacción económica entre los países de la CEI, Safarian destacó la importancia del proyecto "Encrucijada del mundo" presentado por el gobierno armenio, que implica desbloquear las líneas de transporte y comunicación y crear una red basada en los principios de soberanía y jurisdicción de los estados, así como igualdad y reciprocidad.
El Vicecanciller armenio destacó la importancia del cumplimiento de las disposiciones de los documentos fundamentales de la CEI: el Acuerdo sobre la Creación de la CEI y la Declaración de Alma-Ata de 1991, que establecen las obligaciones de las partes en materia de resolución pacífica de controversias, reconocimiento mutuo de la integridad territorial, indivisibilidad y respeto de las fronteras.
Durante una conferencia de prensa, el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia afirmó que el Occidente colectivo está tratando de obstaculizar el proceso de estabilización de la situación en el Cáucaso Meridional. Lavrov dijo que Estados Unidos también trabaja activamente en Asia Central, donde se están creando diversos formatos contra Rusia.
Según él, los aliados estratégicos de Rusia están bajo una enorme presión, pero siguen siendo leales a los valores y principios comunes en los que se basan las estructuras de integración: la UEEA, la CEI y la OTSC. El canciller ruso expresó su convicción de que estratégicamente la línea de Occidente está condenada al fracaso.
