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Armenia y el gran tablero de ajedrez

Todos mueven fichas de acuerdo a sus propios intereses. ¿Qué intereses tiene en cuenta el gobierno de Armenia?

Por Adrián Lomlomdjian


El lunes 25 de julio Ned Price, portavoz del Secretario de Estado norteamericano, informaba que "Antony J. Blinken habló hoy con el Primer Ministro armenio Nikol Pashinyan para discutir la oportunidad histórica de Armenia y Azerbaiyán para lograr la paz en la región. El Secretario ofreció la asistencia de los Estados Unidos para facilitar los enlaces regionales de transporte y comunicación. El Secretario alentó el diálogo bilateral continuo y elogió la reciente reunión entre los Ministros de Relaciones Exteriores de Armenia y Azerbaiyán en Tiflís. También reafirmó el apoyo a las discusiones productivas mediadas por la Unión Europea y señaló que Estados Unidos ha sido copresidente del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) desde 1994 y está listo para comprometerse bilateralmente y con socios afines para ayudar a Armenia y Azerbaiyán a encontrar una paz integral a largo plazo".


El mismo día, pero algunas horas después, el mismo vocero de uno de los organismos de Estado yanqui dedicado a promover golpes, invasiones, asesinatos y desestabilización en los cinco continentes, también anunciaba que "el secretario de Estado, Antony J. Blinken, habló hoy con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev. El Secretario y el Presidente Aliyev discutieron la oportunidad histórica de Azerbaiyán y Armenia para lograr la paz en la región. El Secretario reiteró la oferta de asistencia de los Estados Unidos para ayudar a facilitar la apertura de enlaces regionales de transporte y comunicación. El Secretario Blinken alentó el diálogo bilateral continuo, como la reciente reunión entre los Ministros de Relaciones Exteriores de Azerbaiyán y Armenia en Tiflís. El Secretario también reafirmó su apoyo a las discusiones productivas mediadas por la UE. Transmitió que Estados Unidos ha sido copresidente del Grupo de Minsk de la OSCE desde 1994 y está listo para comprometerse bilateralmente y con socios de ideas afines para ayudar a Armenia y Azerbaiyán a encontrar una paz integral a largo plazo".

Nikol Pashinyan y Antony J. Blinken

Ambos textos, extraídos de la página web oficial del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, son un simple formalismo que expresa con claridad la intromisión permanente de Occidente en los asuntos internos de las repúblicas ex soviéticas. Intromisión que tiene como objetivo no sólo dirimir fuerzas y poder geo-estratégico con su enemigo de siempre, Rusia, sino también perjudicar directamente a los pueblos de la región, saqueando directamente de sus bienes materiales y riquezas naturales, y sometiéndolos al arbitrio sanguinario y voraz de sus aliados y protegidos: Israel y Turquía.


El reacomodamiento planetario comenzado a partir de la derrota de la URSS, su desintegración y la restauración capitalista en el ex plurinacional país de los soviet y en la Europa Oriental, tomó un giro inesperado por muchos en febrero de este año, cuando Rusia decidió iniciar la campaña militar para desmilitarizar y desnazificar la vecina Ucrania, que desde hacía ocho años venía sometiendo a sus ciudadanos de Donetsk y Lugansk a ataques y agresiones que dejaron un saldo de más de 15 mil muertos, miles de heridos y decenas de miles de refugiados, ante la casi total indiferencia de la comunidad internacional.


Armenia tiene a Rusia como su único aliado estratégico y, además, comparte con dicho país varias estructuras de alcance internacional como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva-OTSC (militar), la Unión Económica Euroasiática-UEEA (económica) y la Comunidad de Estados Independientes-CEI (ex Unión Soviética).


Para Sergey Naryshkin, director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, "las asociaciones de integración como la Unión Económica Euroasiática y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva son una garantía de estabilidad y seguridad para los países del espacio ex soviético". Lo dijo el pasado lunes 18 de julio en Ereván, donde arribó en el marco de una visita programada.


Naryshkin también destacó que si bien la UEEA y la OTSC como instrumentos de integración y de protección son una buena garantía para preservar la estabilidad y la seguridad, "Rusia tiene suficientes fuerzas y recursos para proteger a cualquiera de sus aliados, amigos y socios, en cualquier momento".


Recordemos que tres días antes de esta visita, llegó a Ereván -de manera "sorpresiva"- William Burns, director de la temeraria CIA (Agencia Central de Inteligencia de los EE.UU.), y fue recibido por las más altas autoridades del país (ver nota "Otro acto vergonzoso"), provocando lógico malestar no sólo en los Estados aliados de Armenia -Rusia e Irán-, sino también en los distintos pueblos de la región que sufren a diario los complots ideados y liderados por la CIA.


Además de Rusia, que es el principal socio comercial y el principal inversor en el país, Armenia tiene como otro socio importante a Irán, Estado fronterizo que en los momentos más difíciles de la década de los 90 del siglo pasado, abasteció a Armenia con energía eléctrica, gas y petróleo, garantizando su supervivencia y rompiendo el criminal bloqueo impuesto a Ereván por Azerbaiyán y Turquía, con la lógica complicidad de Occidente, que nunca solicitó su levantamiento.


Una semana antes de que los directores de los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Rusia visitaran Ereván, ya había estado allí el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamkhani, quien se reunió con el secretario del Consejo de Seguridad de Armenia, Armén Grigoryan.

Las relaciones entre estos países vecinos siempre ha sido fraterna e Irán, a pesar de ser una república musulmana, jamás le ha cerrado las puertas a Armenia -país con población mayoritariamente cristiana-. Por el contrario, siempre le ha extendido su mano y ha tratado de mantener una posición que no perjudicara los derechos del pueblo armenio ni sus reclamos históricos.


Y mientras en Ereván distintos funcionarios armenios anunciaban un crecimiento del 33 por ciento en los intercambios comerciales entre los dos países en los primeros cinco meses de 2022 y la posible apertura de un Consulado iraní en la ciudad de Kapan -fronteriza con Azerbaiyán y cercana al límite con Irán-, en Teherán, el líder supremo de dicho país, el ayatolá Ali Khamenei, advertía que "la República Islámica de Irán no permitirá que se bloquee la frontera entre Irán y Armenia", en un claro rechazo a la idea turco-azerbaiyana del denominado "Corredor de Zanguezur".


Vemos así, que como sucede durante un juego de ajedrez, cada contendiente mueve una pieza y espera la respuesta del oponente.


En este caso, el gran tablero de ajedrez es la ex Unión Soviética, Europa Oriental y el denominado Medio Oriente, y los distintos jugadores -en este caso, las potencias regionales y aquellas externas que actúan en la región- van moviendo piezas que, a su vez, tienen la particularidad de poder realizar sus propios movimientos, favoreciendo a tal o cual contendiente, y, claro está, beneficiándose o perjudicándose.

En el juego de las grandes potencias, Armenia es una ficha que cada contendiente de peso en la región -Rusia, Estados Unidos, Unión Europea, Turquía, Israel e Irán- mueve tratando, principalmente, de cumplir sus objetivos particulares. Hay algunas de estas potencias que sólo accionan teniendo en cuenta eso -sus intereses- y otras, que también tienen en cuenta los de Armenia y su pueblo.


A su vez, Armenia también acciona por cuenta propia, e intentamos cree que lo hace de acuerdo a los objetivos definidos colectivamente para asegurar la existencia del Estado, de la identidad nacional armenia y de las otras identidades que se desarrollan en el país. Pero más allá de nuestra voluntad, esos movimientos deben tener en cuenta el marco regional e internacional en los que se los realizan y, también, si favorecen o no los objetivos colectivos trazados.


Lamentablemente, viendo el accionar del gobierno armenio y de las principales fuerzas de la oposición, leyendo gran parte de la prensa y enterándonos de las "reflexiones" de los "sabios" y politólogos de turno, escuchando algunas opiniones en nuestra colectividad y en la diáspora en general, uno llega a conclusiones nada alentadoras:


-mayoritariamente, todo indica que seguimos creyendo que la realidad es lo que pensamos y no lo que es;


-la historia nacional es utilizada sólo como argumento para realizar reclamos internacionales y pasar facturas internas entre sectores políticos, y no como fuente que nos permite conocer aciertos y errores colectivos, y entender cómo y por qué llegamos a este punto;


-se insiste con esa mentalidad arcaica de proponer a las cuestiones heredadas las mismas soluciones que no han sido efectivas en el pasado;


-se alimenta el nacionalismo (con el peligro que supone) como si por sí solo ello significara garantía de desarrollo y supervivencia de la identidad nacional. La historia armenia es contundente al respecto: fue durante la existencia del plurinacional Estado Soviético (Armenia fue una de sus repúblicas fundantes) y del internacionalismo militante, cuando se fortaleció la identidad armenia y se desarrollaron a niveles inimaginables los valores culturales y tradicionales que hacen a dicha identidad.


-se insiste en la idea de pensar Armenia y decidir por ella desde donde uno está (cumpliendo así objetivos de fuerzas ajenas y enemigas), y no tomando en cuenta dónde está emplazado el país, quiénes están al otro lado de sus fronteras, quienes acompañaron sus mejores momentos y quiénes provocaron sus desdichas y desgracias.


Podría seguir enumerando ininterrumpidamente decenas de "conclusiones nada alentadoras", pero la idea es aportar a la reflexión y debates colectivos que nos permitan avanzar hasta alcanzar coincidencias fundamentales, en cuanto a objetivos, y accionar común, en lo que hace a la práctica política.


Mientras tanto, reitero lo señalado en una nota anterior (ver "Es tiempo de no cometer errores): "Se habla de una poderosa diáspora de siete millones de armenios o más, dispuesta a todo por Armenia y Artsaj, pero las fronteras con Azerbaiyán y Turquía, además de los ciudadanos de Armenia, la custodian los militares rusos. Ni yanquis, ni europeos, ni armenios diaspóricos: rusos".


Esta es una realidad que debemos tener en cuenta, los de allá y los de acá.


Simplemente miremos la historia no tan lejana y tratemos, colectivamente, de no repetir los mismos errores.

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