IARA y los recientes acontecimientos en la Santa Sede de Echmiadzín
- Redacción NOR SEVAN
- hace 2 horas
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La Coordinadora de las Instituciones Armenias de la República Argentina emitió una declaración sobre la nueva avanzada del gobierno liderado por Nikol Pashinian contra la Iglesia Armenia armenio y llamó a las autoridades de la República de Armenia "a que respete la autogestión y autonomía de la Iglesia Apostólica Armenia".

Las Instituciones Armenias de la República Argentina (IARA) observan con profunda atención y preocupación los recientes acontecimientos en torno a la Santa Sede de Echmiadzín.
Ante esta situación, que nos interpela a todos, en Armenia y en la Diáspora, se requiere una reflexión serena y orientada al bien común, guiada por la prudencia, la mesura y la vocación de consenso.
La Iglesia Apostólica Armenia ha sido durante siglos un pilar fundamental del pueblo armenio, custodia de su fe, cultura y cohesión social.
Por ello, cualquier hecho que afecte su funcionamiento debe abordarse con extremo cuidado, respeto institucional y apego a los valores nacionales.
La convivencia armónica entre el Estado y la Iglesia es esencial para la estabilidad y la paz social.
Por su parte, la libertad religiosa es un derecho humano fundamental, cuyo núcleo está consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. En particular, la Constitución establece que la República de Armenia reconoce la misión exclusiva de la Santa Iglesia Apostólica Armenia, en tanto que iglesia nacional, en la vida espiritual del pueblo armenio, en el desarrollo de su cultura nacional y en la preservación de su identidad nacional.
El Estado es el garante de la libertad religiosa en la República de Armenia y tiene la obligación de respetar las tradiciones canónicas y la sensibilidad espiritual de nuestro pueblo. Por eso, la persecución contra miembros y defensores de la Iglesia mediante procedimientos arbitrarios, detenciones injustificadas y campañas de estigmatización resulta contrario al Derecho.
Además, las autoridades armenias no deben usar su poder político para promover divisiones y confrontación, ya que esto debilita a la comunidad nacional y erosiona los valores que han permitido históricamente al pueblo armenio superar adversidades históricas.
En este contexto, reconocemos y valoramos la actitud de quienes, desde la fe y el compromiso cívico, han expresado su preocupación de manera pacífica y respetuosa.
Compartimos los recientes y reflexivos sentimientos de Su Santidad Aram I, Katolicós de la Gran Casa de Cilicia; Su Beatitud el Arzobispo Nourhan Manougian, patriarca armenio de Jersusalén; Su Beatitud el Arzobispo Sahak II Mashalian, patriarca armenio de Constantinopla, y Su Eminencia el Arzobispo Khajag Barsamian, representante de la Iglesia Apostólica Armenia ante el Vaticano, llamando a la unidad de todo el clero en apoyo de la integridad y autonomía de la Iglesia Apostólica Armenia y de la Santa Sede Madre, y al respeto de la actual jerarquía por su autogobierno conforme a sus leyes canónicas.
Llamamos al gobierno armenio para que respete la autogestión y autonomía de la Iglesia Apostólica Armenia.
Condenamos la intervención en la vida de la Iglesia Apostólica Armenia, ejecutadas mediante el uso de recursos estatales y fuerzas de seguridad.
Reafirmamos nuestra convicción de que Echmiadzín debe seguir siendo un espacio de encuentro espiritual para toda la armenidad.
Convocamos a la madurez colectiva, al respeto mutuo y al diálogo constructivo, convencidos de que solo desde la unidad, la responsabilidad y la escucha recíproca será posible superar este momento y fortalecer los cimientos de la Nación armenia.
Buenos Aires, 24 de diciembre de 2025













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