Volvimos al papel
- Redacción NOR SEVAN
- 13 oct
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 15 oct
Relanzamos el diario el formato en papel como una apuesta para volver a crear y tejer los lazos sociales presenciales, esos que permiten vernos y establecer un ida y vuelta humano por fuera del mundo digital intercambiando opiniones sobre lo que pasa en la comunidad, en la armenidad, en el país, el Cáucaso y el planeta.

Pasaron varios años desde que la modernidad y la “nueva realidad” hicieron volcar nuestro trabajo de comunicación institucional primero, de manera preferente y, después, casi que exclusivamente al espacio digital.
Pero luego de analizar, intercambiar ideas y debatirlas en grupos de compañeros y compañeras, socios y amigos, llegamos a la conclusión que era necesario retomar la “buena costumbre” del periódico impreso, sin perder el día a día del formato virtual, cuya importancia en cuanto a la llegada cotidiana a través de las distintas redes sociales y los sitios web institucionales, está fuera de discusión.
Este relanzamiento del diario impreso es una apuesta para volver a crear y tejer los lazos sociales presenciales, esos que permiten vernos y establecer un “ida y vuelta” humano por fuera de las “pantallas” y del “mundo digital”, intercambiando opiniones sobre lo que acontece en la comunidad, en la armenidad, en el país, el Cáucaso y el planeta.
En un mundo que cada día se asemeja más a un barril lleno de pólvora con la mecha encendida y consumiéndose; con una Armenia atravesando por un momento por demás crucial y definitorio para su futuro inmediato, que incluye la perdurabilidad de su existencia misma; con la República de Artsaj (Nagorno-Karabaj) ocupada por Azerbaiyán y el exilio forzado de sus más de 120 mil habitantes originarios, que casi borra la milenaria existencia de la identidad armenia en dicha región; con nuestra colectividad (y la armenidad toda) debatiendo no sólo la situación de la República, sino también muy preocupada y ocupada en las formas de poder garantizar su propia continuidad; con una Argentina en crisis donde quienes tienen que sostener el ajuste son los jubilados, los discapacitados, los médicos del Garrahan, los docentes, trabajadores, los pequeños y medianos comerciantes y fabricantes; en definitiva, en un planeta donde el fascismo y los denominados “males menores” del capitalismo -presentados como “opciones” y “alternativas”- siguen siendo los responsables de su destrucción y del sometimiento de los pueblos, nosotros tenemos mucho para contarles, compartir, discutir y reflexionar junto a Ustedes, queridos y queridas lectores de NOR SEVAN.
Estamos entrando en el año del Centenario del Comité de Ayuda a Armenia (Հայաստանի Օգնության Կոմիտե - Haiastaní Oknutian Komité - HOK, por sus siglas en armenio), que a partir del año 1937 pasó a denominarse Unión Cultural Armenia de la República Argentina.
“El domingo 17 de enero de 1926, después del mediodía, tuvo lugar la reunión fundacional de la filial Buenos Aires del Comité de Ayuda a Armenia, con la participación de 50 simpatizantes…”, dice la nota publicada en uno de sus ediciones del mes de marzo de 1926 del semanario “Ereván”, del HOK Francia. “Se eligió una Comisión Directiva de cinco miembros integrada por Araxi Efeyan, Koharig Vartanian, Kevork Echmelian, Sarkis Kalaidjian y Apraham Kradjian”, se puntualiza en la nota, destacando que la compañera Araxi Efeyan fue elegida presidenta de HOK.
Luego, fueron ellos mismos las y los dirigentes que nos precedieron en forjar nuestra historia común en la Unión Cultural de Armenios Residentes en la República Argentina (UCARRA), la Federación Juvenil Armenia, la UCA y la JUCA.
Y acá estamos, preparándonos para festejar nuestros primeros cien años con alegría, disfrutando lo que hacemos, “creciendo desde el pie” y engrandeciendo nuestra organización, conscientes de estar aportando también, y fundamentalmente, a la construcción colectiva comunitaria y nacional.
La ayuda armenia, la preservación de la armenidad, una nueva sociedad sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos, con paz, amistad y solidaridad entre los pueblos con memoria, verdad y justicia, fueron las guías para la acción de nuestros fundadores. Y son esos mismos principios y es esa misma lucha la que nosotros y nosotras llevamos hoy adelante.













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