Pashinian y su Partido Acuerdo Cívico no logran quebrar la voluntad del pueblo armenio

A pesar de las políticas revanchistas y las tergiversaciones de tres décadas, y, principalmente, de la ofensiva anti-patria iniciada hace ocho años a partir de la llegada al poder del actual primer ministro, la mayoría de la armenidad mantiene principios y convicciones, y aúna esfuerzos para detener el actual proceso plagado de traiciones y entregas.

Redacción NOR SEVAN

A 30 años de la derrota y desintegración de la Unión Soviética, del arribo a Armenia del capitalismo salvaje y los revanchistas de todos los matices, de la sistemática tergiversación de la historia y la manipulación de las conciencias, y a casi ocho años del Golpe de Estado institucional liderado por Pashinian -planeado y apoyado por Occidente Colectivo (Estados Unidos, Unión Europea, Gran Bretaña y la OTAN), según el norteamericano Instituto Republicano Internacional (IRI), supuestamente el “49% de los encuestados en Armenia afirmó que votaría a favor de la adhesión a la Unión Europea si se celebrara un referéndum sobre el tema el próximo domingo”.

Y decimos ”supuestamente”, porque el IRI no es otra cosa que una más de las “herramientas” utilizadas por la principal potencia genocida del planeta para ejercer el control y su dominio sobre las sociedades de distintos países en los cinco continentes.

Al decir de ellos mismo en su página web oficial, “el Instituto Republicano Internacional (IRI) se creó para ser un instrumento clave de la política del presidente Ronald Reagan de asegurar la paz mediante la fuerza”. Más claro, imposible.

Volviendo a la consulta realizada en Armenia, la misma fue telefónica, se llevó a cabo entre los días 16 al 26 de junio de 2025, entre 1.505 ciudadanos de la República de Armenia y residentes desplazados por la fuerza de Nagorno-Karabaj, todos mayores de 18 años.

A pesar del control férreo que ejerce el gobierno del Partido Acuerdo Cívico sobre los medios masivos de comunicación y las redes sociales, de la persecución a las fuerzas políticas opositoras, de la represión y el encarcelamiento de dirigentes y militantes que resisten y enfrentan las decisiones arbitrarias, antinacionales y antipopulares de la administración Pashinian; y de la fobia anti-rusa que repiquetea en las cabezas de los ciudadanos armenios las 24 horas del día los 365 días de cada año -principalmente, durante los últimos ocho-, el primer ministro armenio y sus “socios carnales” de Occidente no lograron quebrar la voluntad mayoritaria del pueblo armenio, que sigue resistiendo y enfrentando este plan de sumisión y entrega.