"Turquía quiere reconstruir el Imperio Otomano"
- Redacción NOR SEVAN
- 9 oct
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Actualizado: 15 oct
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, reaccionó a la llegada de los drones suicidas "Skydagger" a Kosovo, acusando a Turquía de soñar con reconstruir el Imperio Otomano.

Redacción NOR SEVAN
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic y otros funcionarios importantes de su gobierno, condenaron el envío por parte de Turquía de miles de drones kamikaze a Kosovo, señalando que es una grave violación al derecho internacional.
"Ahora resulta completamente claro que Turquía no quiere estabilidad en los Balcanes Occidentales y que una vez más está soñando con restaurar el Imperio Otomano. Serbia es un país pequeño, pero ya comprendimos sus verdaderas intenciones", escribió el mandaatrio serbio en las redes sociales.
Esta semana, el director de la Oficina para Kosovo y Metohija del Gobierno de Serbia, Petar Petkovic, dijo que Turquía "violó directamente" la Resolución 1244 al suministrar a Pristina más de 1.000 drones de combate Skydagger.
En un boletín de prensa emitido por el "Gobierno de Kosovo", Albin Kurti, primer ministro en funciones, anunció la llegada al Aeropuerto de Pristina de varios contenedores con "miles de drones kamikaze Skydagger FPV", suministrados por la compañía de defensa turca Baykar, especializada en vehículos aéreos no tripulados, C4I e inteligencia artificial, y cuyo actual presidente es Selchuk Bayraktar.
Mientras tanto, el primer ministro de Armenia parece estar viviendo otra realidad y hace apenas una semana, en el recinto principal de Naciones Unidas, declaraba: "Mis encuentros con el presidente Erdogan son regulares y la confianza crece constantemente. Este es un logro que valoro enormemente y confío en que traerá resultados positivos en el futuro próximo, en concreto, el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Armenia y Turquía y la apertura total de la frontera interestatal".
Para Pashinian, nada importa más que cumplir con la órdenes de Occidente y sus “nuevos socios”, y asegurar su permanencia en el poder. Por eso, parece no recordar la participación de Turquía en la última guerra -a través del envío de armamento y de miles de mercenarios- y en los ataques permanentes de Azerbaiyán sobre la población civil de Karabaj. Mucho menos debe acordarse del genocidio de 1915 ni de que Erdogan se autoproclama heredero y continuador de quienes lo planificaron y perpetraron.
Una cosa es hermanar a los pueblos y su lucha por la paz, la amistad y la construcción de nuevas sociedades con justicia, igualdad y solidaridad; y otra muy distinta es intentar hacernos creer que se puede construir y cooperar con fascistas de la talla de Erdogan, Aliyev y Trump.













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