Khachardzan, un pueblo argentino en el interior de Armenia
La Embajada de Argentina realizó un acto por los 30 años de amistad entre Argentina y Armenia, en la pequeña localidad de Khachardzan, un pueblo fronterizo de Tavush.
Este 28 de octubre 2022, la Embajada de Argentina en Armenia realizó un sentido homenaje a los 30 años de amistad entre Argentina y Armenia, en la pequeña localidad de Khachardzan, ubicada en la región fronteriza de Tavush.
El embajador argentino Mariano Vergara eligió este remoto pueblito situado en una región montañosa, ya que hace varios años, cuatro familias argentinas de orígenes armenios, a través del impulso inicial del médico argentino Dr. Daniel Stamboulián -quien se desplazó hasta allí a fin de realizar los primeros exámenes ginecológicos a las mujeres del pueblo-, implementaron una serie de proyectos de desarrollo social que cambiaron para siempre la calidad de vida de los vecinos: desde la provisión de agua corriente y la pavimentación de calles, hasta la construcción de un centro médico, un jardín de infantes, un centro polideportivo de primer nivel, la reparación y renovación de la escuela y varias obras más.
Este humilde y encantador pueblo de montaña, 80% de cuyos vecinos participaron en la guerra contra Azerbaiyán de 2020, desparrama sus 150 casas a ambos lados de su arteria principal “Avenida República Argentina”, que serpentea hacia unas montañas verdes rodeadas de frondosos bosques de coníferas. Sus niños pasean orgullosos con camisetas de la selección argentina de fútbol. No es para menos, ya que gracias a las familias argentinas Kalciyan, Terzian, Demirdjian y Avakian, reciben asistencia alimentaria desde sus primeros años de vida hasta programas de apoyo para su formación universitaria.
Las familias argentinas han comprometido en los programas de asistencia a sus propios hijos, en un esfuerzo que busca que los asistidos se comprometan en el uso responsable y en ocasiones en la devolución de los fondos, tendiendo a su auto sustentabilidad.
El acto solemne, que contó con las palabras del embajador argentino y del intendente de Khachardzan, incluyó la presencia de autoridades nacionales y cuerpo diplomático acreditado en Armenia. Se recibieron representantes del Primer Ministro de Armenia, Nikol Pashinian y de Presidente del Grupo de Amistad de la Asamblea Legislativa, Ishkan Saghatelian (diputado Garnik Daniellyan).
Pero por sobre todo, fue un evento bien popular, en donde flamearon por doquier las banderas argentinas y armenias y las camisetas de nuestra selección de fútbol, se bailó al compás de un concierto de jóvenes del pueblo, se degustaron platos de ambos países (empandas y vino, harisa y pajlavas) se exhibieron fotografías de la artista argentina Araz Hadjian y, lo más importante, se contó con el testimonio de los pobladores locales que dieron fe de cómo la ayuda argentina les ha mejorado la vida a lo largo de estos años.
Dos culturas, físicamente lejanas, pero muy próximas en el sentimiento y en la solidaridad.
La historia de Khachardzan es la historia de la solidaridad entre armenios, pero también es la historia de la cooperación entre Argentina y esta región del Cáucaso. Para entender cómo cuatro familias al otro lado del océano pudieron provocar esta “revolución solidaria”, habría que remontarse a las razones que llevaron a sus ancestros a emigrar desde esta remota región y a crecer, multiplicarse y prosperar en suelo argentino. También deberíamos resaltar que este mensaje solidario, transmitido de padres a hijos, es un mensaje de esperanza dirigido tanto a armenios como a argentinos.
Mención especial le cabe a Hilda Kalciyan. Sus actividades benéficas en la vida del pueblo de Khachardzan son incontables. Hay que llegarse hasta ese remoto rincón de las montañas de Armenia para apreciar en plenitud su legado. Como resultado de su actitud constante, cargada de emotividad y de afecto, los niños del pueblo asisten hoy al jardín de infantes y luego reciben educación en un remodelado colegio, en donde antes de la llegada de Hilda, su marido y sus “amigos argentinos”, el frío y la necesidad estaban más presentes que la educación y el esparcimiento. En un país cuna de grandes músicos y dotado de una afinidad natural para el arte musical como es Armenia, Hilda Kalciyan se encargó también de que los niños de Khachardzan tuvieran la oportunidad de recibir educación musical. Gracias su ahínco y perseverancia se abrió una sede del Conservatorio de Música de la ciudad de Dilijan (capital regional) en la escuela del pueblo, donde los niños aprenden piano y otros instrumentos. Las jóvenes del pueblo enumeran sin cesar la lista de los interminables proyectos de esta verdadera “hada argentina”, convertida en el epítome de la bondad y generosidad para todo Khachardzan.
Por último debemos mencionar a María Terzyan, hija de Carlos y Cristina Terzyan, dolorosamente fallecida a la edad de 24 años. En su nombre se erigió el moderno polideportivo del pueblo, espacio de recreación y deportes en el cual los jóvenes de Khachardzan y de toda la región, pasan sus horas en el crudo y frío invierno del Cáucaso Sur. La memoria de María permanece viva en el pueblo que sus padres eligieron para honrarla, como homenaje a todos los niños nacidos en estas tierras y como prueba real y concreta de la solidaridad que une a armenios y argentinos, trascendiendo tiempo y fronteras.
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Fuente: Embajada de Argentina en Armenia
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